El Estado peruano ha demostrado innumerables veces la incapacidad en analizar y evaluar seriamente las tendencias globales y evolución tecnológica en los sectores de energía y transporte. La construcción y planes a largo plazo de licitación de líneas de metro en Lima es una muestra inequívoca de esta circunstancia. El Estado peruano se ha convertido en un organismo de promoción de negocios para el Club de la Construcción criolla e internacional, es decir, trabaja al servicio de los intereses económicos de un grupo de empresas, con serios indicios de descarada corrupción en las últimas décadas. La decidida apuesta del Estado peruano por la construcción de líneas de metro desvela que no dispone de un Plan de Movilidad Sostenible y Electrificación del Transporte, que debería priorizar la peatonalización de zonas históricas, la construcción de ciclovías y de plataformas reservadas a trenes ligero en las grandes avenidas de Lima, así como el diseño e implementación de corredores alimentadores de buses eléctricos. El Estado prioriza la construcción de obras faraónicas de electrificación del sistema de transporte público con coste por kilómetro del orden de 200 millones de dólares, un coste excesivo e injustificado, cuando hoy por hoy existen otras tecnologías que permiten garantizar los mismos volúmenes de transporte de pasajeros a mucho menor coste. Es imprescindible iniciar un debate serio y constructivo sobre las diferentes alternativas tecnológicas de movilidad sostenible y electrificación del transporte en las grandes ciudades del Perú.
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GSP : INGRESOS GARANTIZADOS Y CORRUPCIÓN POLÍTICA
La joven democracia peruana tiene el triste e infausto privilegio de contar con un insólito club de varios ex-presidentes encarcelados, en búsqueda y captura o con juicios pendientes por corrupción, malversación de fondos o delitos de lesa humanidad. El reciente encarcelamiento preventivo de la pareja presidencial, Ollanta Humala y Nadine Heredia, mientras se evalúa su participación en lavados de activos por recibir dinero para la financiación de la campaña electoral nacionalista por Odebrecht, profundiza la dimensión de corrupción que se despliega sobre el proyecto del GSP y plantea la necesidad de analizar la legitimidad de las decisiones adoptadas por gobiernos corruptos. A la inexistencia de un contrato concreto de suministro de gas natural y a la falta de un estudio económico-financiero, que no incluye estudios de demanda eléctrica final, la previsión de construcción de ramales secundarios para usos domésticos e industriales o para la creación de una industria petroquímica se añaden las sombras de una mafia política corrupta y corruptora, dueña de las riendas del Estado peruano durante 5 años, que impuso durante un lustro a diferentes Ministerios y Organismos del Estado sus desubicados e injustificados caprichos electorales.
LA MULTIMILLONARIA OBSESIÓN DEL SUBTERRÁNEO DE LIMA
El 28 de marzo de 2014, PROINVERSION aprobó la adjudicación de la segunda Línea del Metro de Lima, que incluye el Ramal Av. Faucett-Av. Gambetta, al Consorcio Internacional Nuevo Metro de Lima. El coste mínimo del sistema de transporte será de 5.658 millones de dólares. La inversión del Estado alcanzaría los 4.000 millones aproximadamente, condicionada además a asumir cualquier inesperada casuística geológica. La mayor inversión en toda la historia del Perú se ha decidido en función de un estudio de factibilidad sin una rigurosa evaluación de otras propuestas técnicas de movilidad urbana, sin acceder a las peticiones del Colegio de Ingenieros del Perú y sin contratar la realización de serios estudios sobre la viabilidad técnica y económica del primer subterráneo limeño. Una millonaria obsesión por construir un sistema de transporte bajo tierra que levanta serias sospechas de falta de previsión, poca seriedad y nula transparencia. La sombra de la corrupción acecha una vez más sobre los inefables promotores de los modernos corredores viales de Lima.
EL DESAFIO DE LA ELECTRIFICACIÓN DEL TRANSPORTE
El problema más grave del Perú es la gran dependencia del petróleo. Las economías europeas más adictas al petróleo como Portugal, Grecia y España son las que más profundamente sufren el proceso de recesión económica europeo. España, a pesar del gran esfuerzo realizado en las últimas décadas no ha conseguido desacoplar su economía del petróleo. En el Perú, un importante porcentaje del consumo de derivados de petróleo se destina al transporte de personas y mercancías. Es necesario elaborar una política de Estado que reduzca al mínimo la vulnerabilidad de la economía nacional a la compleja situación internacional del petróleo y los altos precios del crudo.
INCOHERENCIAS EN LA POLÍTICA DE TRANSPORTE EN LIMA
La preocupación más urgente del Perú es iniciar cuanto antes el proceso de “despetrolización” del transporte de personas y mercancías dentro de una estrategia de transporte y movilidad sostenible. En este sentido, las actuaciones de la municipalidad de Lima en el sector transporte presentan varias incoherencias, sin considerar los recelos que despiertan las denuncias por presuntas irregularidades en el proceso de licitación de los corredores viales.
ESTRATEGIA DE DESPETROLIZACIÓN DEL TRANSPORTE EN EL PERÚ
La insostenibilidad y vulnerabilidad del modelo energético peruano es directamente proporcional al nivel de dependencia del petróleo y del gas de Camisea. En el presente artículo se enumeran las líneas básicas de la estrategia de despetrolización del transporte en el Perú. La implementación práctica de la estrategia propuesta significaría el inicio de una profunda transformación del modelo energético peruano.