LA AGONÍA DEL PETRÓLEO EN EL PERÚ: RESERVAS DE CRUDO

Las reservas probadas, probables y posibles de crudo son volúmenes finitos de hidrocarburos, con cierto grado de incertidumbre, existentes en el subsuelo de un determinado territorio. Adicionalmente, la extracción de las reservas de crudo está condicionado a las variabilidades de los procesos de transición energética, coyuntura política e implementación práctica de las innovaciones tecnológicas, que afectan a la intensidad de los flujos de producción y, por tanto, a la capacidad de satisfacer el suministro de la creciente demanda de derivados de petróleo. Las estimaciones de reservas probadas permiten definir los volúmenes de crudo, comercialmente rentables, que se pueden extraer en el corto y mediano plazo. Por otro lado, los recursos contingentes y prospectivos son volúmenes de crudo que pueden ser extraídos a largo o muy largo plazo y que dependerá de los plazos de implementación de los objetivos establecidos de transición energética, de la realización perforaciones de sondeos geológicos y mediciones de los costes de extracción y precios de venta del crudo.

Evolución de las Reservas de Crudo

Las reservas son volúmenes de petróleo descubiertos y cuantificados, que pueden ser explotados y comercializados. La Normativa de Clasificación para la Energía Fósil y Recursos Minerales de Naciones Unidas, desarrollado por la Comisión Económica de Naciones Unidas para Europa clasifica las reservas en reservas probadas, probables y posibles, en función de la probabilidad mínima o certeza razonable que los volúmenes extraídos igualen o superen los valores inicialmente estimados. Así, las reservas probadas o reservas 1P, tienen un 90% de probabilidad mínima que las cantidades de petróleo extraídas sean superiores a las estimaciones realizadas previamente. Las reservas probables se caracterizan por una probabilidad mínima del 50%, también se conocen como reservas 2P (probadas + probables). Finalmente, las reservas posibles presentan una probabilidad mínima del 10% de igualar o exceder las estimaciones, este tipo de reservas también se conocen como reservas 3P (probadas + probables + posibles). Las reservas se definen como acumulaciones existentes de hidrocarburos en el subsuelo, verificada tras una campaña prospectiva de perforación de sondeos.

Por otro lado, los recursos contingentes se definen como volúmenes potencialmente recuperables de acumulaciones existentes, pero que se consideran comercialmente inmaduros o no viables comercialmente en la actualidad. Por último, los recursos prospectivos son estimaciones de volúmenes en acumulaciones que aún no han sido descubiertas, por tanto, no disponen de estudios, que verifiquen su existencia real, basados en perforaciones de sondeos y mediciones.

Según información de Perúpetro, a diciembre del año 2021, las reservas probadas fueron de 244 millones de barriles. Entre los años 2016 y 2021, las reservas probadas se han reducido de 435 a 244 millones de barriles, es decir, en un 44%, figura 1. Asimismo, en el Libro de Anual de Recursos de Hidrocarburos 2022, recientemente publicado por el Ministerio de Energía y Minas, MINEM, se indica que, a 31 de diciembre del año 2022, las reservas probadas de crudo se han reducido a 242 millones de barriles, presentando una reducción de 1,7 millones de barriles con respecto al año 2021, tabla 1.

Figura 1: Evolución de las reservas y recursos de crudo en el Perú entre los años 2016 y 2021, Perúpetro.
Tabla 1: Variación de las reservas y recursos de crudo en el Perú entre los años 2022 y 2021, MINEM.

En el Libro de Anual de Recursos de Hidrocarburos 2022, la escasa reducción de las reservas probadas a 31 de diciembre del año 2022 con respecto al año 2021 se justifica por las siguientes causas:

  • la producción del año 2021
  • el factor económico del lote Z-2B,
  • revisión negativa de declinaciones de los lotes X, III, IV, XIII, VII/VI y II; que fue compensado con los proyectos de perforación de algunos lotes
  • la mejora de las tendencias de declinación y nuevo estudio del lote 64
  • perforación de pozos horizontales y generación de nuevas ubicaciones del lote 95.

Si las reservas probadas del año 2022 se dividiesen entre la producción acumulada del año 2023, alrededor de 14 millones 123 mil barriles, se obtendría un valor de índice de autonomía de reservas probadas de 17 años, aproximadamente. El Libro de Anual de Recursos de Hidrocarburos 2022 presenta un valor del índice de autonomía de reservas probadas de 11,6 años, debido a que se asumió una producción anual de crudo de 20 millones de barriles anuales en el año 2023. En la tabla 2 se presentan los volúmenes de reservas probadas – desarrolladas y no desarrolladas, que requieren para su explotación de inversiones adicionales en la perforación de nuevos pozos o infraestructura asociada –, probables y posibles por lotes del zócalo, noroeste, selva norte, central y sur a diciembre del año 2022.

Tabla 2: Reservas probadas, probables y posibles por zonas hidrocarburíferas a 31 de diciembre del año 2022, MINEM.

Por zonas hidrocarburíferas, las principales reservas probadas de crudo del país se concentran en el zócalo – Lotes Z-1, Z-2B ahora Z-69 y Z-6 – y en la costa noroeste, conformada por los Lotes I, II, III, IV, V, VI-VII, IX, X, XIII, XV y XX, así como en la selva norte, Lotes 8, 39, 64, 67, 95 y 192. Los lotes de la selva norte disponen de reservas probadas equivalentes a 129 millones 977 mil, mientras que los lotes del zócalo y costa noroeste cuentan con 111 millones 746 mil barriles en reservas probadas, tabla 2. Las reservas del zócalo, costa noroeste y selva norte, en conjunto, representan más del 99,77% de las reservas probadas existentes a 31 de diciembre del año 2022, con un total de 241 millones 723 mil barriles. A la Región Loreto le corresponden el 53,7% de las reservas probadas de crudo del país, mientras que a la Región Tumbes y Piura el 46,07%, figura 2.

Figura 2: Reservas probadas de crudo por zonas hidrocarburíferas en el Perú a 31 de diciembre del año 2022.

Es importante indicar que, en el Libro de Anual de Recursos de Hidrocarburos del año 2016, se observa una curiosidad estadística con relación a la información proporcionada de reservas y recursos. En el año 2007, no existía información sobre volúmenes de recursos y la suma total de reservas probadas, probables y posibles era de aproximadamente 6 mil millones de barriles. Desde el año 2009 se introducen valores de volúmenes de recursos, así de los 6 mil millones de barriles de reservas probadas, probables y posibles existentes al año 2007, en el año 2016 se han reducido a 925 millones de barriles. Los 5 mil millones de barriles de reservas posibles restantes se han convertido en más de 6 mil millones de barriles en recursos, figura 3. Asimismo, en el año 2016, los recursos contingentes y prospectivos sumaban en total 9 mil 883 millones de barriles, figura 4, mientras que, en el año 2022, eran de 12 mil 941 millones de barriles. Sorprendentemente, a lo largo de los años, las reservas caen y los recursos aumentan.

Figura 3: Evolución de las reservas y recursos de crudo en el Perú entre los años 2007 y 2016.
Figura 4: Recursos y recursos de crudo en el Perú a 31 de diciembre del año 2016.

Este tipo de ajustes y variaciones de las cifras genera desconfianza en los criterios de evaluación y cuantificación de las reservas y recursos existentes en el país e incrementa la inexactitud de las incertidumbres inherentes a los estudios de estimación geológica.

Conclusiones

La preocupante tendencia de reducción de las reservas probadas, casi a la mitad entre los años 2016 y 2022, es un signo inequívoco de la agonía del petróleo en el Perú. La drástica reducción de las reservas probadas en un escenario de tímida y lenta sustitución de derivados de petróleo en el transporte y en el sector residencial y comercial implica el aumento del desequilibrio comercial entre importaciones y exportaciones de petróleo y derivados de petróleo, por tanto, una mayor dependencia de la economía de un recurso no renovable, que en el Perú se agota irreversible e inexorablemente. Año a año se reduce el índice de reservas probadas, en el año 2016 era de 27 años y en el 2022 de apenas 17 años. Los esfuerzos gubernamentales por aumentar la producción y reservas de crudo se enfrentan a la dura realidad geológica del país.