El sistema energético peruano es excesivamente dependiente del petroleo y del gas natural. El Perú no es un país productor de petróleo y su producción se ha reducido estrepitosamente en las últimas décadas. Asimismo, aunque en la actualidad, el Perú satisface sus necesidades energéticas de gas natural e incluso se permite exportar significativos volúmenes de gas natural licuado, GNL, lamentablemente, no se han encontrado nuevas reservas que permitan garantizar el suministro energético local de gas natural a largo plazo. Para reducir el nivel de vulnerabilidad del sistema energético peruano es imperativo iniciar un proceso de electrificación del sector transporte en las ciudades y entre ciudades; en el transporte público y privado, y en el transporte de personas y mercancías. Asimismo, se deberá implementar un proceso de sustitución del uso de hidrocarburos en el sector doméstico e industrial, especialmente en el calentamiento de agua caliente sanitaria y en la cocción de alimentos. Finalmente, en el sector eléctrico, el riesgo de no disponer de suficientes reservas de gas para garantizar la producción de energía eléctrica en los ciclos combinados y el impacto del cambio climático en la reducción de la masa glaciar, y por tanto, en la disponibilidad de significativos volúmenes de agua para el adecuado funcionamiento de las centrales hidroeléctricas obliga a elaborar e implementar un Plan de Energías Renovables No Convencionales que permita sustituir a las centrales de ciclo combinado y disponer de una reserva de potencia necesaria ante una eventual pérdida de recurso hidráulico, debido al impacto en los glaciares del efecto invernadero.