El hundimiento de los precios de petróleo, desde finales de junio del 2014, es uno de los temas predilectos de reputados analistas políticos e incansables videntes-mentalistas. Ambas estimulantes figuras intelectuales coinciden en que la caída del precio se debe fundamentalmente a un exceso de producción mundial de crudo. Unos argumentan que Arabia Saudí, particularmente obsesionada en destruir el negocio del fracking de los Estados Unidos, ha a inundado el mercado de petróleo con la evidente intención de convertir el sueño americano de la independencia energética en una terrible pesadilla. Otros explican que la sumisa Arabia Saudí, capaz de aumentar la producción de petróleo a su real gana, atendiendo la petición de los Estados Unidos, ha creado un ficticio exceso de producción de petróleo para castigar a Rusia por su inadmisible intromisión en la inestable Ucrania y a Venezuela por su insolencia revolucionaria. A pesar de la constante repetición de ambos planteamientos, ninguno presenta datos o información lo suficientemente contundentes para corroborar o al menos justificar tan enrevesadas como poco elaboradas afirmaciones.
Precios elevados y destrucción de demanda
Desde inicios del 2011 hasta mediados del año 2014, el precio del petróleo superó los 80 dólares y presentó valores promedio entre 90 y 100 dólares por barril, figura 1. Más de tres años de precios elevados contentaban a productores exportadores y castigaban a consumidores importadores. Asimismo, elevados precios del petróleo garantizaban la rentabilidad en la explotación de recursos petrolíferos no convencionales, introduciendo un factor de volatilidad en los precios del crudo.
Al igual que entre los años 2005 y 2008, cuando el constante incremento de los precios del petróleo estimuló la recesión global de los años 2008-2009, los elevados precios del petróleo entre 2011 y 2014 han provocado la caída de los precios del crudo, debido a la destrucción de la demanda en los países industrializados, importadores de petróleo. En la figura 2, se observa la evolución de la demanda de petróleo en los países de la OCDE en Estados Unidos y Europa entre 2012 y 2015.
En Estados Unidos, los elevados precios del crudo destruyeron demanda desde febrero de 2012 hasta febrero del 2013, cuando se inicia una leve recuperación económica en América hasta febrero del 2014. Entre febrero de 2014 e inicios del 2015 se produce una estancamiento de la demanda en Estados Unidos coincidente con la brusca reducción de precios experimentada entre junio del 2014 y enero del 2015, un síntoma de preocupante estancamiento económico. En otra región opulenta del planeta, Europa, la destrucción de la demanda de petróleo entre febrero de 2012 y octubre del 2014 se cuantifica en una reducción correspondiente a 800 mil barriles diarios, figura 2. Un signo inequívoco de la recesión económica europea y de las dudosas esperanzas de recuperación del crecimiento económico en Europa.
A escala global, los países emergentes Non-OCDE – China, India, Brasil y otros – han asumido el leve crecimiento de la demanda, figura 3. Sin embargo, es importante indicar que, desde el tercer trimestre del año 2013, se observa una reducción de la demanda global hasta finales del segundo trimestre del año 2014. Las economías de los países emergentes no pueden asumir indefinidamente los altos precios del crudo. La conjunción de tres factores: la reducción de demanda global, el incremento de la producción americana de petróleo no convencional y la volatilidad de precios por la inelasticidad del suministro global de petróleo – grandes variaciones de precios ante pequeñas variaciones de la demanda – han provocado la brusca caída de precios de junio/julio del 2014. Los bajos precios estimularon la recuperación de la demanda en los últimos dos trimestres del año 2014, figura 3.
El “harakiri” americano y la destrucción del fracking
En los últimos años, la revolución del tight/shale oil en los Estados Unidos ha estimulado el dulce sueño americano de independencia e invulnerabilidad energética. La explotación de las ingentes reservas de petróleo no convencional en América del Norte con ayuda de la tecnología del fracking ha permitido incrementar la producción convencional y no convencional de combustibles líquidos. En la figura 4, se observa que, en octubre de 2014, la producción de tight oil en Estados Unidos ya alcanzaba los 3,9 millones de barriles diarios.
Considerando que los restantes petróleos convencionales y no convencionales – crudo convencional, líquidos de gas natural y biocombustibles – llevan algunos años con una producción estancada, el aumento de la producción en USA corresponde estrictamente al empleo de la tecnología fracking. A inicios del año 2012, Estados Unidos producía menos de 10 millones de barriles diarios mientras que en febrero del año 2015, ya superaba los 13 millones y medio de barriles al día, según la U.S. Energy Information Administration, EIA.
No hay ninguna duda que el acelerado incremento de la producción de combustibles líquidos locales ha permitido reducir la importación de crudo extranjero, pero es muy poco creíble que Estados Unidos alcance la independencia energética en un futuro no muy lejano. Quizás a golpe de recesión y una acelerada reducción de la demanda se podría equilibrar producción y demanda en USA, aunque indudablemente supondría la confirmación que el capitalismo globalizado ha entrado en una fase irreversible de corrosión terminal.
Si se analiza el comportamiento de la evolución de producción americana de combustibles líquidos a escala global, se observa que los Estados Unidos han cubierto, en un gran porcentaje, el total del incremento global de producción de combustibles líquidos. En los últimos 3 años, USA ha incrementado su producción en más de 3 millones de barriles diarios, figura 5. Los restantes países Non-OPEC, prácticamente se han estancado o reducido su producción, exceptuando los países de Latinoamérica.
Durante los tres últimos años, los Estados Unidos han elevado constantemente su producción de petróleo no convencional de tigth oil. En la figura 6, se observa que incluso durante el periodo de reducción global de la demanda, desde mediados del 2013 a mediados del 2014, y en el periodo de brusca reducción de los precios del crudo, desde mediados del 2014 a inicios del 2015, la producción de tight oil se incremento en USA de 7 millones 500 mil barriles a más de 9 millones de barriles diarios, según la International Energy Agency, IEA. Un verdadero harakiri económico, un grave error estratégico, incrementar producción en periodos de descenso de la demanda. La reducción de los precios del petróleo, por tanto, es culpa de la industria americana del fracking al inundar el mercado petrolero con un petróleo de reducido retorno energético en tiempos de recesión económica.
El impasible e indiferente jeque petrolero
Mientras los Estados Unidos, en pleno delirio por obtener su soñada independencia energética, incrementaba la producción de tight oil, los países de la OPEP y Arabia Saudí observaban impasibles e indiferentes el harakiri americano, un inesperado y auto infligido suicidio económico. Desde luego los países del golfo entendían que la reducción de precios afectaba especialmente a los países productores de petróleo no convencional, sin desmerecer el impacto puntual de una reducción que siempre pueden controlar, reduciendo producción y estableciendo un nuevo equilibrio entre oferta y demanda. No obstante, prefirieron disfrutar cómoda e impasiblemente de la auto infligida destrucción del negocio del fracking
En la figura 7, se observa como mientras los americanos incrementaban su producción los saudíes mantenían su producción en un rango entre 9 y 10 millones de barriles diarios. Desde agosto del 2013, Arabia Saudí redujo su producción de 10 millones a 9 millones 300 mil barriles en marzo de 2014. En el periodo de estrepitosa caída del precio del petróleo, entre julio y diciembre del 2014, Arabia Saudí redujo su producción de 9 millones 815 mil barriles a 9 millones 500 mil barriles diarios. La figura 7 es bastante esclarecedora, los Estados Unidos inundaron el mercado con un petróleo de reducida tasa de retorno energético y Arabia Saudí mantuvo su cuota dentro de la OPEP. USA se disparó al pie no sin antes ponerse la soga al cuello.
La OPEP, en conjunto, tampoco modificó sustancialmente su producción de petróleo entre el año 2013 y 2014. En la figura 8, se observa que en el periodo de reducción mundial de la demanda, entre julio de 2013 y julio de 2014, los países que conforman la OPEP variaron su producción de petróleo entre un máximo de 31 millones 500 mil barriles de promedio en el año 2013 y un mínimo en el primer trimestre del año 2014 de 29 millones 200 mil barriles diarios. La OPEP, desapasionadamente, se ajustó a la reducción mundial de la demanda, mientras que los Estados Unidos y su tight oil participaban activamente en incrementar la producción mundial de petróleo. En la figura 8, se observa que la producción mundial se incrementó entre septiembre del 2013 y diciembre del 2014 en casi 3 millones de barriles diarios, aumentando de 90 a 93 millones de barriles diarios.
En el periodo de reducción del precio del petróleo, entre julio del 2013 y diciembre del 2014, la OPEP incrementó ligeramente su producción, que ya había empezado a aumentar desde marzo del año 2014, probablemente para captar parte del débil incremento de la demanda, experimentado debido a los bajos precios del petróleo. No obstante, desde septiembre del 2014, la OPEP ha reducido ligeramente su producción a niveles de inicio de la brusca reducción del precio del crudo, junio-julio del 2014. Por tanto, la OPEP no tiene culpa alguna en la reducción del precio del petróleo.
Epilogo
Las teorías persecutorias de reputados analistas petroleros y inefables videntes-mentalistas no se sustentan en datos e información contrastable. La vieja teoría de confabulación entre Arabia Saudí y Estados Unidos y sus acciones de sabotaje de la época de la guerra fría a la Unión Soviética y países acólitos no se ajusta a las nuevas condiciones tecnológicas, económicas y geopolíticas del mercado del petróleo. Hoy, una confluencia de nuevos factores condiciona el comportamiento del mercado del petróleo:
- Incapacidad de los países productores de ajustarse a un constante incremento de la demanda. El exceso de demanda provoca un brusco incremento del precio por barril e inicia un proceso de destrucción de la demanda y la correspondiente reducción del precio del crudo.
- Volatilidad de los precios debido a la ineslaticidad del suministro de petróleo, relacionado en un constante incremento del petróleo no convencional en el volumen total de la producción mundial.
- Inestabilidad política en las principales zonas de producción: guerra civil en Irak y en Libia, guerra económica contra Venezuela, sanciones económicas a Irán y agresión militar a Yemen por una coalición liderada por Arabia Saudí.
Los Estados Unidos, en su absurdo convencimiento de alcanzar la independencia energética, ha incrementado de forma acelerada su producción de tigth light oil, contribuyendo directamente a la reducción del precio del petróleo y destrucción de su propio negocio del fracking. Un suicidio económico que ha acelerado el final del “american fracking rush”.