ARITMÉTICA DEL GAS DE CAMISEA. UNA TRANSICIÓN ENERGÉTICA FORZADA
El 28 de agosto del presente año, en la 16va Conferencia “La Hora del Gas”, Perúpetro presentó la ponencia “Potencial de Reservas Probadas y Probables e Iniciativas para la Promoción de Inversiones”, en la que expuso datos de evolución de las reservas y producción de gas natural en el Perú. Un análisis de la información proporcionada desvela una situación compleja en el Perú en relación al horizonte futuro de explotación de gas natural. Al nivel de consumo local actual de gas natural, el Lote 88 de Camisea podría suministrar energía al sector residencial, industrial, vehicular y de generación eléctrica por un periodo máximo de 22 años, considerando un ligero aumento local de gas natural. En el análisis no se incluye el volumen reservado de gas natural para la exportación ni las reservas descubiertas en el Lote 58 por la compañía china estatal CNPC. Los 2,65 TCF, considerados como reservas probadas, aunque inicialmente se descubrieron 3,9 TCF, en calidad de recursos contingentes, pertenecen a la empresa china CNPC. A día de hoy no existe acuerdo o documento alguno que certifique que el gas del Lote 58 será dedicado al consumo interno, exportación o a la petroquímica. Por otro lado, Perúpetro presenta una evolución de la producción de gas natural, que alcanzaría un punto máximo en el año 2029, es decir, en poco más de 10 años, considerando un significativo aumento de la demanda local de gas en la próxima década. El horizonte de gas natural desvelado por Perúpetro obliga a reflexionar sobre la importancia de elaborar una estrategia nacional de transición energética que permita sustituir el consumo de gas natural en el Perú en menos de 15 años. Una encomiable tarea que deberá abordar la futura generación de peruanos.
CLAVES PARA UN DEBATE SOBRE EL FUTURO DEL PETRÓLEO EN EL PERÚ
La cambiante situación política nacional condiciona seriamente un debate inaplazable sobre el futuro del petróleo en el Perú. El 31 de octubre del año 2018 se recordará como el día en que la sucesora de Alberto Fujimori, Keiko Fujimori, fue sentenciada a 36 meses de prisión preventiva bajo la acusación de dirigir una organización criminal para delinquir, enquistada en el partido político Fuerza Popular. En este sentido, en el Congreso peruano existe una mayoría perteneciente a un partido político cuya cúpula está acusada de actividades delictivas dirigidas a obtener financiación ilegal para capturar el poder. En este ambiente nauseabundo y pestilente del Congreso peruano se pretende aprobar la Ley de Hidrocarburos, promovida precisamente por representantes de un partido político deslegitimado y con un capital político ínfimo, después de los resultados de las últimas elecciones regionales. En este sentido, la primera reivindicación de los diferentes actores implicados en las actividades petroleras es la paralización de la discusión de la propuesta existente en el Congreso, que sólo representa la visión de las empresas privadas petroleras; y la realización de un debate nacional sobre el futuro de las actividades petroleras en el Perú, enmarcado en una propuesta de transformación del modelo energético actual a largo plazo hacia un modelo renovable y respetuoso con el medio ambiente. Sería realmente un absurdo que un Congreso, deslegitimado por una mayoría parlamentaria perteneciente a un partido político, cuya dirección nacional es acusada de conformar una organización mafiosa para delinquir, pueda simplemente discutir una ley sobre hidrocarburos, y menos aún aprobarla. Las organizaciones sociales de la Amazonía peruana y los gremios de pescadores artesanales deberían exigir el archivo del actual formato de la Ley de Hidrocarburos, aprobada por dictamen en mayoría de Fuerza Popular en la Comisión de Energía del Congreso, por no responder a los intereses del Perú. En un periodo de convulsión política y deslegitimación de partidos políticos es necesario iniciar una discusión nacional seria y desapasionada sobre el futuro del petróleo en el Perú.
LEYES NEFASTAS Y CONGRESO DESLEGITIMADO. CONTRAPROPUESTA DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y PROTECCIÓN AMBIENTAL
Malos momentos para los promotores públicos y privados de la aprobación de una ley de hidrocarburos tan nefasta como lobbista, que declaraban a los cuatro vientos su optimismo, envalentonados y seguros de una ágil aprobación en el Congreso. Los vertiginosos acontecimientos políticos acaecidos en la segunda semana de octubre, entre los que destacan: la detención de Keiko Fujimori, acusada de participación en una trama delincuencial dirigida a la captación de fondos ilícitos para capturar el poder en el Perú; la desestimación de la destitución e inhabilitación por 10 años del Fiscal de la Nación, acusado constitucionalmente por delitos de tráfico de influencias y cohecho activo genérico; y la aprobación acelerada de la ley de ejecución humanitaria de la pena, en 48 horas, que evitaría el reingreso a la cárcel a Alberto Fujimori y permitiría liberar a la cúpula fujimorista, actualmente encarcelada, del cumplimiento de sus penas; cubren con un velo de incertidumbre la rápida aprobación de una ley descaradamente entreguista y lesiva para los intereses del Perú. Un Congreso cuya mayoría fujimorista y ex-fujimorista protege a delincuentes y corruptos, y aprueba una ley para evitar el reingreso a la cárcel a su líder histórico, sentenciado por homicidio calificado con alevosía y secuestro, peculado, corrupción y usurpación de funciones, está absolutamente deslegitimado para discernir sobre una ley de hidrocarburos tan trascendente para el futuro de Perú. Fuerza Popular, la fuerza mayoritaria en el Congreso peruano, ha sentenciado moralmente a las débiles e inestables organizaciones políticas peruanas por muchos años. En el ideario popular se empieza a reconocer a los partidos políticos como asociaciones ilícitas para delinquir, una triste realidad de la política peruana. El Congreso, que alberga a un conjunto de organizaciones ilícitas para delinquir, representa el triste ejemplo de degradación moral terminal de una casta política que debería ser desterrada de los ejes de poder del Estado peruano. En cualquier caso, la probable paralización de la discusión y aprobación de la ley de hidrocarburos, debido a las turbulencias políticas y a la deslegitimación de la casta política nacional en el Congreso, proporciona a las asociaciones de las comunidades amazónicas y de los pescadores artesanales así como a las asociaciones de defensa medioambiental un tiempo precioso para elaborar y presentar una contrapropuesta a la nefasta ley de hidrocarburos, que aborde la entrega de los lotes en explotación a finalizar a PetroPerú y exija una moratoria de la explotación de crudo en la selva y en el mar peruano hasta la aprobación de una ley de ordenamiento territorial y la creación de zonas reservadas de protección del mar pacífico tropical peruano.
EL FUTURO DEL PETRÓLEO: UN FUTURO DE RIESGO
Una de las ideas más infundadas que pretenden posicionar los defensores criollos del extractivismo fundamentalista es que el Perú debe basar el futuro de su seguridad energética en la exploración y explotación de petróleo hasta la extracción del último barril económicamente rentable. Sobran las razones para rechazar frontalmente está absurda idea, más aún, en un país que nunca ha dispuesto importantes volúmenes de extracción de crudo y, que además, está abocado por siempre a ser un importador de petróleo, bajo la actual política energética existente. Los defensores locales de la extracción de la última gota de petróleo de la selva y de la costa norte a mínimas regalías, una sospechosa amalgama de ex-viceministros de energía, representantes de asociaciones privadas del sector petrolero y presidentes de Perúpetro, desconocen o premeditadamente obvian las preocupantes señales internacionales de evolución del sector petrolero a escala global. Un adecuado análisis de la situación geo-energética y económica de la situación invita seriamente a reflexionar sobre la necesidad de elaborar e implementar una estrategia nacional de despetrolización de la economía nacional, asociada a una moratoria de exploración en la selva peruana y en el mar del Perú, y a la implementación de una política de ordenamiento territorial, que garantice la protección de los derechos a una vida digna de los pescadores artesanales y las comunidades amazónicas frente a la potencial contaminación de sus territorios ancestrales y ante la negativa de las empresas extractivas públicas y privadas de remediar los pasivos medioambientales existentes.
EL FANTASMA DE PPK EN LA NUEVA LEY DE HIDROCARBUROS
A lo largo del mes de octubre, en el Congreso del Perú, se discutirá el dictamen en mayoría de la Comisión de Energía en relación a la nueva Ley de Hidrocarburos. En primer lugar, la propuesta de ley es una desagradable herencia del casi vacado y defenestrado PPK, un consumado lobbista energético y olvidadizo ex-Presidente de sus negociados ilegales, cuya sombra de corrupción y contrastado entreguismo está interiorizada en esta nueva Ley de Hidrocarburos. Por otro lado, la nueva Ley de Hidrocarburos responde a intereses estrictamente económicos de algunas empresas petroleras privadas, preocupadas por ampliar la explotación de lotes con reservas probadas hasta la extinción del recurso, y cuyo desinterés en realizar inversiones exploratorias ha provocado la reducción de las reservas probadas y el incremento del déficit nacional de la balanza comercial de hidrocarburos, que en el año 2018 superará los 4000 millones de dólares, debido al incremento del precio internacional del crudo experimentado entre finales del año 2016 y octubre de 2018. Finalmente, es una ley muy desubicada que no se encuadra en un impostergable e inexorable proceso de despetrolización del Perú y dentro de un marco normativo de ordenamiento territorial de la Amazonía peruana, que permita garantizar la defensa de los derechos de las comunidades amazónicas e integrar la ocupación y explotación de los recursos naturales en estrategias de desarrollo sostenible a largo plazo.
ANÁLISIS CRÍTICO DE LAS INVERSIONES EN EL SECTOR PETRÓLEO
En los dos últimos años, se ha desarrollado, por parte del MINEM, Perúpetro y la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, SNMEP, una coordinada campaña de promoción de la reducción de las regalías y ampliación de los contratos hasta el agotamiento de las reservas de los lotes petroleros. Se olvida, fácilmente, que la reducción de la producción nacional es resultado del fracaso de la privatización del sector petrolero, por su vocación expoliadora y no exploratoria de los lotes marginales existentes y nulo interés en búsqueda de nuevas reservas. Además, el natural comportamiento geológico de los yacimientos petroleros peruanos que se agotan paulatinamente, descrito magistralmente el siglo pasado por el geólogo americano Martin King Hubbert, condiciona el ritmo de producción nacional a unos límites físicos perfectamente definidos. Otra de las explicaciones de los defensores de la reducción de regalías es que el país está sub-explorado, y por tanto, es necesario explorar hasta el último metro cuadrado de la selva y del mar peruano en búsqueda del oro negro. Eso sí ni una sola palabra del impacto socio-ambiental en las comunidades amazónicas durante decenas de años de explotación, además, de la miseria y pobreza que asola a esas poblaciones. La incestuosa relación entre organismos públicos y asociaciones privadas, cohesionadas en defensa de los intereses de grupos económicos privados y presión mediática ha finalizado con el dictamen favorable de la Comisión de Energía del Proyecto de Ley 2145/2017. Los interesados defensores de las inversiones privadas creen religiosamente que la producción de crudo nacional se incrementará mágicamente gracias a la aprobación de la nueva ley. Sin embargo, las inversiones siguen un patrón asociado a la evolución del precio internacional del crudo, y por tanto, un mero interés comercial de maximización de ganancias y nulo interés por el desarrollo local o en garantizar la supuesta seguridad energética del país.
CONFLICTIVIDAD SOCIAL Y PRODUCCIÓN NACIONAL DE CRUDO
En la Región Loreto existen varios lotes en exploración y explotación con un elevado nivel de conflictividad social. En el presente artículo se pretende evaluar el probable impacto de la conflictividad social de los Lotes 39, 64, 67 y 95 en el volumen de producción nacional de crudo. Si en un hipotético caso, las compañías petroleras consiguen superar las trabas burocráticas y la cerrada oposición de organizaciones sociales de Loreto, principalmente, la producción de crudo podría superar una producción promedio diaria de casi 141 mil barriles en unos años. No obstante, debido a la conflictividad social existente en la Región Loreto ante las actividades extractivas parece poco probable que los lotes, anteriormente indicados, puedan alcanzar la máxima producción esperada indicada en un horizonte de 5 años.
PERÚPETRO Y LA TENTADORA CONFUSIÓN DE SUEÑOS Y REALIDAD
Desde el año 2017, Perúpetro intenta posicionar la ilusionante idea de que la producción nacional de crudo podría alcanzar un millón de barriles diarios, según información que la empresa proporciona en sus periódicas presentaciones oficiales. Para alcanzar el desproporcionado sueño del millón de barriles diarios, Perúpetro impulsa una reforma del sector hidrocarburos, basado en los siguientes pilares:
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La elaboración de un nuevo marco normativo que permita modificar los términos contractuales existentes, reduciendo las regalías y maximizando los periodos de exploración y explotación de los lotes, así como agilizando la obtención de permisos y licencia.
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La asignación de nuevas funciones a Perúpetro, como por ejemplo, la administración de las reservas de hidrocarburos, la evaluación del potencial de hidrocarburos y las gestión de reservorios
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La elaboración de un Plan Nacional de Hidrocarburos que establezca metas de producción, reservas e inversión a mediano y largo plazo.
GSP: UNA CUESTIÓN DE CORRUPCIÓN DE ESTADO
El destape del complejo entramado de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht para la obtención de suculentos contratos estatales, certificó una triste y conocida realidad nacional: la connivencia de las principales autoridades de los sucesivos gobiernos democráticos en la construcción de un capitalismo de amigotes y el establecimiento de un estilo consentido de gobernar embarrado en corrupción. Un Estado servil a los intereses de empresas privadas corruptas y corruptoras, que lo convierte en complice activo de las vergonzosas corruptelas acaecidas en diferentes mega proyectos emblemáticos. Entre ellos destaca el Gasoducto Sur Peruano, GSP, una infraestructura con una inversión superior a 7 mil 300 millones de dólares que se estaba financiando por un recargo al usuario en la tarifa eléctrica hasta que explotó el entramado de corruptelas de Odebrecht. El Perú convive con un Estado cuyas máximas autoridades elegidas, incluidos ex-presidentes, participan voluntariosamente en corrupciones, faenones y demás miserias delictivas. Además, pretende convencer a los ciudadanos que puede combatir, juzgar y desaparecer el cáncer de la corrupción que nace de sus propias entrañas. Ningún gobierno puede luchar contra la corrupción cuando el Estado y gobierno conforman una amalgama orgánica enferma de corrupción.