En la Región Loreto existen varios lotes en exploración y explotación con un elevado nivel de conflictividad social. En el presente artículo se pretende evaluar el probable impacto de la conflictividad social de los Lotes 39, 64, 67 y 95 en el volumen de producción nacional de crudo. Si en un hipotético caso, las compañías petroleras consiguen superar las trabas burocráticas y la cerrada oposición de organizaciones sociales de Loreto, principalmente, la producción de crudo podría superar una producción promedio diaria de casi 141 mil barriles en unos años. No obstante, debido a la conflictividad social existente en la Región Loreto ante las actividades extractivas parece poco probable que los lotes, anteriormente indicados, puedan alcanzar la máxima producción esperada indicada en un horizonte de 5 años.
Lote 39, Perenco/PetroVietnam
El Lote 39 se ubica en la frontera con el Ecuador en una superficie de más de 8800 kilómetros cuadrados, que se superpone a territorios habitados por las comunidades Arabela y a la Reserva Nacional Pucacuro, creada en el año 2005, con un 40% del área total del Lote 39, así como a la propuesta de Reserva Territorial Napo Tigre para pueblos indígenas en aislamiento y en contacto inicial, ubicada en una franja fronteriza entre los ríos Napo y Tigre, figura 1. El Lote 39 alberga a una de las dos zonas que conforman el Lote 67, en la actualidad, bajo la dirección operativa de la compañía Perenco. La supervivencia de pueblos indígenas no contactados en aislamiento voluntario, dentro del área del Lote 39, se expondría a un grave peligro a causa de las actividades de exploración, puesto que son extremadamente vulnerables a enfermedades transmitidas al entrar en contacto con individuos ajenos a su entorno. Por tanto, el contacto con personal de las empresas petroleras, en el proceso de exploración del Lote 39, implicaría un elevado riesgo de desaparición de las comunidades indígenas en aislamiento y una flagrante violación de los derechos humanos.
En septiembre del año 1999, Perúpetro aprobó la concesión del Lote 39 a Barret Resources, que a su vez en el año 2001 cedió a Repsol el 60% de su participación en el contrato de exploración. Dos años después Repsol adquiere el 100% del contrato del Lote 39. En junio del año 2005, se aprobó la cesión del 45% del total de participaciones de Repsol a favor de Burlington Resources Perú. Entre 2005 y 2006, Repsol y Burlington, como resultado trabajos exploratorios, anunciaron el descubrimiento de crudo pesado, entre 10,5° y 13,2° API, en los pozos de Buena Vista 1X, Delfín 2X y Raya 3X, con una inversión de 90 millones de dólares, figura 2. En octubre del año 2008, Repsol anunció el inicio de producción comercial del Lote 39 en el año 2013, con un volumen inicial de 3000 barriles diarios. Inicialmente se estimaron un volumen de reservas probables y posibles de 375 millones de barriles.
Entre tanto, en abril del año 2009, Burlington Resources cedió el 10% de su participación en el contrato de exploración a la petrolera hindú Reliance Exploration & Production. En diciembre del año 2010, el Consejo de Ética del Fondo Estatal de Pensiones de Noruega, propietaria de acciones de Repsol y Reliance, recomendó excluir a ambas empresas petroleras del fondo. El Consejo de Ética considera que las actividades extractivas en territorios amazónicos donde habitan pueblos indígenas en situación de aislamiento voluntario son contrarias a las directrices éticas del fondo noruego, implicando un riesgo inadmisible de complicidad en graves violaciones de los derechos humanos de los pueblos no contactados. En agosto del año 2012, Burlington Resources Perú cede su participación del 35% a favor de la empresa vietnamita PetroVietnam Exploration Production, PVEP Perú, abandonando el Lote 39 definitivamente. Finalmente, en noviembre del año 2013, Repsol establece un acuerdo con la empresa francesa Perenco para cederle el 55% correspondiente a su participación en el contrato de exploración del Lote 39.
El Lote 39, conjuntamente con los Lotes 64, 67, 192 pertenecen a una franja geográfica de exploración y explotación petrolera, de muy difícil acceso, que abarca casi toda la frontera de la Región Loreto con Ecuador, figura 2. El transporte de la producción de crudo exige de la ampliación del ramal norte del Oleducto Nor Peruano a los Lotes 39 y 67, así como la conexión de un ramal desde el Lote 64 al Oleoducto Nor Peruano, figura 3. La futura construcción de la ampliación del Oleoducto Nor Peruano a los Lotes 39, 64 y 67 dependerá de la resolución de los conflictos sociales existentes. La férrea resistencia y decidida negativa de los pueblos amazónicos a permitir actividades extractivas en sus territorios ancestrales confronta los particulares intereses de las empresas petroleras privadas y de los organismos estatales peruanos. Lamentablemente, no existe en el Perú una política nacional de transición energética que priorice el derecho de los pueblos originarios a conservar sus tradiciones y modos de vida, así como el respeto medioambiental de espacios naturales con una riqueza y biodiversidad únicos en el planeta.
Lote 67, Perenco/PetroVietnam
En diciembre del año 2006, la empresa americana Barret Resources informó del descubrimiento de petróleo pesado en volúmenes comerciales en el Lote 67. El entonces Presidente Alan García Pérez declaró: «Es un día histórico. Habrá inversiones por 1.000 millones en estos tres años hasta conectar con el oleoducto norperuano. Después de tres años, el Perú pasará a ser exportador y dejará de ser dependiente del petróleo mundial». Han pasado 12 años y el Perú continúa siendo un país peligrosamente dependiente del petróleo e importador adicto del crudo extranjero.
El descubrimiento del Lote 67 es considerado el acontecimiento más importante del sector del petróleo en el Perú después de los hallazgos en la selva en los años setenta. El Lote 67 se encuentra en los distritos de Napo y Tigre, provincias de Loreto y Maynas de la Región Loreto, en la cuenca del río Marañón, muy cerca de la frontera con Ecuador, limitando con otras concesiones petroleras, figura 4. En el Lote 67 se han descubierto tres campos de crudo pesado: Paiche, Dorado y Piraña. La explotación de los campos del Lote 67 estaba planificada realizarse en varias fases. Así, se esperaba que en el año 2013 se producirían 7000 barriles diarios, 16 mil barriles en el año 2015, 35 mil barriles en el año 2017 y 63 mil barriles en el año 2019. Según información de Perúpetro, en el año 2017, las reservas probadas en el Lote 67 se estimaron aproximadamente en 110 millones de barriles de crudo pesado de 14,6° API, mientras que la suma de las reservas probables y posibles es de 180 millones 500 mil barriles de crudo pesado.
El transporte de la producción de crudo pesado en los pozos descubiertos del Lote 67 exige que sea diluido, habitualmente con crudo ligero. En una primera fase, el crudo pesado diluido se trasladaría vía fluvial hasta la Estación I del Tramo I de la Oleoducto NorPeruano, ONP, y desde allí hasta el terminal de Bayovar, en la Región Piura. El líquido diluyente será transportado por vía fluvial hasta el Terminal Curaray desde donde se bombeará a la Estación Central de Procesamiento del campo Piraña para su almacenamiento. En esta fase inicial se procesaría 7500 barriles de petróleo diarios y 1500 barriles de diluyente, además de 12000 barriles de agua al día. En la segunda fase, el crudo diluido se entregaría en la estación Andoas del Ramal Norte del Oleoducto Nor Peruano, ONP. El crudo diluido sería tratado en las estaciones de procesamiento de los campos Piraña y Paiche y, posteriormente serían bombeados hacia la estación del campo Dorado. Desde el campo Dorado se despacharía a través de un oleoducto de más de 20 kilómetros, que uniría el Lote 67 con las instalaciones de Perenco en la localidad de Andoas. En cuanto al suministro del componente diluyente se realizaría por una vía paralela al oleoducto proyectado hacia el Lote 67, figura 5.
En el año 2008, la empresa francesa Perenco adquirió la empresa Barret Resorces y, en junio del año 2012, la empresa estatal de Exploración y Explotación de Petróleo y Gas de Vietnam, PetroVietnam, adquirió el 52,6% de las acciones de Perenco en el proyecto de explotación de crudo pesado en el Lote 67. En el año 2013, la empresa petrolera franco-vietnamita Perenco, inició un periodo de producción de prueba en el Lote 67, en el mes de diciembre, con una producción total de 33 mil 512 barriles. El 14 de diciembre del año 2013 se considera como fecha de inicio de producción comercial del Lote 67. En el año 2014, la producción del Lote 67 se incrementó hasta un promedio diario de 5162 barriles y una producción anual de un millón 884 mil barriles. En el año 2015, coincidiendo con un periodo de muy bajos precios del crudo, la producción del Lote 67 se redujo hasta un promedio diario de 1576 barriles y una producción anual superior a 575 mil barriles. La estrategia comercial adoptada por Perenco para afrontar el desplome de los precios internacionales del crudo fue la reducción de la producción al mínimo técnico de explotación, una producción de alrededor 1000 barriles diarios y almacenar parte del crudo que no comercializa en barcazas, acodadas en el río, hasta que el precio se incremente. Evidentemente, el coste de la logística empleada por Perenco para diluir el crudo pesado es elevado y simplemente inadmisible en periodos de reducción de los precios del crudo. En el año 2016, Perenco extrajo crudo entre los meses de enero y mayo, con una producción promedio diaria de 866 barriles y algo más de 131 mil barriles, en el periodo indicado. La paralización del funcionamiento del Oleoducto Nor Peruano, debido a varios derrames, desde fines de junio, obligó a Perenco a solicitar la suspensión temporal de actividades de producción a partir de julio del año 2016. La situación descrita en relación a las actividades de extracción de petróleo en el Lote 67, operado por la empresa franco-vietnamita Perenco, ha retrasado la recuperación de la producción nacional de crudo en los últimos años, y por tanto, obligado al MINEM y a Perúpetro a realizar nuevas predicciones de la producción de crudo en el país. Por otro lado, los derrames de petróleo en el Oleoducto Nor Peruano entre los años 2016 y 2018 ha exacerbado las ya tensas relaciones entre las comunidades amazónicas y las empresas petroleras en la cuenca del río Marañón. La paralización del funcionamiento del Oleoducto Nor Peruano entre febrero del año 2016 y septiembre del año 2017 ha afectado la producción del Lote 67. El 25 de mayo del año 2018, se registró un nuevo derrame de petróleo en el distrito de Andoas. PetroPerú confirmó en una inspección técnica la existencia de una fisura, causada por el crecimiento atípico del caudal del río Pastaza. Finalmente, en enero del año 2018, la empresa Perenco solicitó a Perúpetro la unificación de los contratos de licencia de los Lotes 39 y 67.
Lote 64, GeoPark/PetroPerú
El Lote 64 es el único lote en exploración bajo la titularidad de PetroPerú y, por tanto, del Estado peruano. Desde el 29 de abril del año 2013, la empresa estatal PetroPerú es titular del contrato de licencia de exploración y explotación de hidrocarburos en el Lote 64. La historia del Lote 64 es especialmente polémica por la resistencia del pueblo Achuar a permitir la realización – de actividades extractivas en sus territorios ancestrales. Las motivaciones de la oposición de las comunidades Achuar a la extracción petrolera se basan en el dramático legado de destrucción medioambiental en el Lote 1AB. En el año 1995, el Lote 64 fue concesionado a la empresa petrolera Atlantic Richfield Peru, que 4 años más tarde cedió el 50% de sus participaciones a la compañía Occidental Exploradora del Perú, filial de la Occidental Petroleum Company, OXY, y el 50% restante a Repsol Exploración del Perú y a Burlington Resources Peru Limited, con un 25% para cada compañía. En marzo del año 2004, la OXY se hace con el 100% de las participaciones de la concesión en la exploración del Lote 64, pero a duras penas consigue la aprobación de algunas comunidades Achuar para la realización de un estudio de impacto medioambiental. En julio del año 2004, la OXY se asocia con las compañías Talisman Peru y Hess Peru. El consorcio conformado entre OXY, Talisman y Hess consiguió la firma de convenios con algunas organizaciones y federaciones del pueblo Achuar para iniciar sus actividades de exploración y entre 2004 y 2010 realizó la perforación de tres pozos: Situche 1X, Situche 2X y Situche 3X. En mayo del año 2010, la empresa Talisman mediante un proceso de fusión por absorción se apropia de la participación de OXY y realiza la modificación del contrato: Talisman y Hess se quedan con el 50% de participación. En septiembre del 2012, el consorcio Talisman/Hess anunció que se retiraría del Lote 64. Las razones del retiro se deben fundamentalmente a una fuerte resistencia de las comunidades Achuar a las actividades extractivas en sus territorios; a las presiones internas en Canadá a la empresa Talisman para implementar políticas de transparencia y consentimiento previo, así como las dificultades financieras y complejidad logística de los pozos a gran profundidad.
El Lote 64 de PetroPerú, al igual que los Lotes 8, 39, 67 y 192, forma parte de un conjunto de formaciones geológicas con probabilidades de existencia de crudo ligero, mediano y pesado denominado sistemas hidrocarburíferos de la cuenca del Marañón, figura 6. A pesar de los descubrimientos y probabilidad de existencia de crudo, actualmente, a mediados del año 2018, sólo los Lotes 8 y 192, se encuentran en explotación comercial, aunque con una importante resistencia de las comunidades amazónicas por el impacto medioambiental causado en más de 40 años de explotación petrolera en la Región Loreto. Los Lotes 39 y 67 de Perenco y Lote 64 de PetroPerú son lotes socialmente muy conflictivos por la oposición de las comunidades amazónicas a la extracción de crudo en sus territorios, figura 7.
A finales del año 2005, el consorcio americano-canadiense Talisman/Hess anunció el descubrimiento de crudo ligero en el pozo Situche 2X a una profundidad de 17 mil 738 pies de profundidad, aproximadamente unos 5400 metros, y con una producción estimada de 2400 barriles diarios y 34,5° API, obtenidas de las pruebas de corto plazo. Anteriormente, la empresa americana OXY perforó el pozo Situche 1X, pero el dispositivo de perforación se atascó y no se alcanzó la profundidad prevista, por lo que el pozo fue abandonado, figura 8. En el año 2009, la perforación del pozo Situche 3X, el más profundo en la historia extractiva petrolera del Perú, con 19 mil 322 pies o más de 5880 metros, confirmó la existencia de crudo ligero en el Lote 64, con una producción de prueba de 5200 barriles diarios y una densidad 37° API. Los resultados de la campaña de perforación de pozos en el Lote 64 auguraban una producción inicial diaria de 5000 barriles diarios en el año 2015. La inversión total en la perforación de los tres pozos fue de aproximadamente 500 millones de dólares. Según Perúpetro, las reservas probadas de crudo ligero en el Lote 64 superan los 31 millones de barriles, mientras que las reservas probables y posibles, en conjunto, suman más de 25 millones de barriles.
En diciembre del año 2012, la empresa estatal PetroPerú inicia negociaciones con el consorcio Talisman/Hess para recibir gratuitamente la titularidad del Lote 64. PetroPerú y el consorcio Talisman/Hess firmaron un convenio para la cesión de la licencia de exploración y explotación del Lote 64. En abril del año 2013 PetroPerú acreditó la cesión del Lote 64. Debido a los compromisos financieros de PetroPerú para la modernización de la refinería de Talara y, por tanto, de una muy limitada capacidad de endeudamiento, la empresa estatal inicia las negociaciones para incorporar socios privados en la necesaria inversión para la explotación del Lote 64. En octubre del año 2014, PetroPerú y la empresa petrolera GeoPark suscribieron un acuerdo de asociación para la exploración y explotación del Lote 64. El acuerdo incluía la cesión por parte de PetroPerú del 75% de su participación en el contrato de licencia para la exploración y explotación de hidrocarburos en el Lote 64 a la empresa GeoPark. En noviembre del año 2016, mediante el Decreto Supremo 031-2016-MEM se aprueba la cesión de posición contractual en el contrato de licencia para la exploración y explotación de hidrocarburos en el Lote 64. Por su lado, GeoPark se ha comprometido a aportar el 100% del capital de inversión para la explotación del Lote 64, asumiendo a riesgo propio el 25% de la inversión correspondiente a PetroPerú.
En diciembre del año 2016, GeoPark Perú anunció que estimaba realizar una inversión de 150 millones de dólares para iniciar la producción de crudo ligero en el Lote 64. La producción inicial sería de 6,000 barriles de petróleo diarios, en el segundo semestre del año 2019. Posteriormente, en una segunda fase, en un horizonte de 7 años y con una inversión de 1000 millones de dólares, se alcanzaría una producción máxima de 55 mil barriles diarios en promedio. Actualmente, GeoPark trabaja en la consecución de acuerdos sociales y medioambientales con las asociaciones de las comunidades Achuar, así como la elaboración y aprobación de un nuevo Estudio de Impacto Ambiental, IEA, a finales del año 2018. Asimismo, la empresa GeoPark deberá asumir el coste económico de la remediación de los impactos medioambientales causados por más de 15 años de exploración de crudo en el Lote 64.
Entre tanto, a finales de diciembre del año 2017, la Federación de la Nacionalidad Achuar del Perú, FENAP, que agrupa a 45 comunidades Achuar, suscribieron un pronunciamiento que prohíbe las actividades de extracción de petróleo en territorio Achuar y que declara la nulidad de los contratos de licencia de exploración y explotación de los lotes que se solapan con sus territorios ancestrales, puesto que no cuentan con el consentimiento previo de la Asamblea de las comunidades Achuar. Asimismo, exigieron la nulidad del decreto supremo 031-2016-MEM, que aprueba la cesión del 75% de la participación de PetroPerú a GeoPark en el contrato de licencia de explotación del Lote 64, que se superpone a dos tercios de su territorio, figura 9. Finalmente, a finales de diciembre del año 2017, el Segundo Juzgado Civil de Iquitos emitió una sentencia que reconoce al pueblo Achuar de la cuenca del río Pastaza el derecho a la titulación de su territorio ancestral de manera integral, que incluya los recursos naturales que se encuentran dentro de su circunscripción como bosques, agua, entre otros, los cuales son necesarios para la existencia del pueblo Achuar. Las comunidades Achuar han expulsado a todas las empresas petroleras que han intentado iniciar actividades de explotación de crudo en sus territorios ancestrales. En este sentido, el Lote 64 es socialmente extremadamente conflictivo e implica un elevado riesgo financiero para las inversiones de las empresas petroleras y un elevado riesgo medioambiental y socio-económico para las comunidades Achuar.
Lote 95, Sterling Resourcers/PetroTal Limited
En febrero del año 2013, la empresa canadiense Gran Tierra anunció el descubrimiento de crudo en el pozo Bretaña Norte 95-2-1XD del Lote 95, ubicado en la provincia de Requena, Región Loreto, dentro de la zona intangible de la Reserva Nacional Pacaya Samiria, figura 10. Asimismo, la petrolera Gran Tierra estimó que la producción inicial sería de 2500 barriles diarios a finales del año 2014, y que se alcanzaría una producción máxima entre 20 mil y 40 mil barriles diarios en el año 2021. La perforación de segundo pozo confirmatorio permitiría confirmar la existencia de reservas de hidrocarburos, estimadas inicialmente en 100 millones de barriles.
En enero del año 2012, la empresa Gran Tierra adquirió el 60% de las participaciones en el contrato de licencia de explotación del Lote 95 de la petrolera Harken del Perú. En febrero del año 2013, Gran Tierra acordó con Harken la cesión del 40% restante de las participaciones del Lote 95. En enero del año 2014, la consultora GLJ Petroleum Consultants realizó una evaluación independiente para la calificación reservas y confirmó la existencia de un significativo volumen de reservas existentes en el Lote 95. Así, a finales del año 2013, el Lote 95 tiene unas reservas probadas y probables iguales a 61,5 millones de barriles, mientras que las reservas probadas, probables y posibles superan los 113 millones de barriles. En el año 2013, las operaciones de pruebas cortas en el Lote 95, con una duración de dos días en el mes de febrero y dos días en el mes de abril, permitieron obtener una producción 6180 barriles de crudo de 18,5° API. Entre junio del año 2014 y junio del año 2015, la empresa Gran Tierra realizó la perforación del segundo pozo, Bretaña Sur 95-4-3-1X, sin obtener resultados satisfactorios.
Debido a la caída de los precios internacionales del crudo y la complicada logística de transporte del crudo, así como los desalentadores resultados obtenidos en el segundo pozo exploratorio, Gran Tierra decidió vender sus activos por el alto costo y riesgo de las actividades extractivas en el Perú y centralizar sus inversiones en la exploración y explotación de petróleo en Colombia.
En noviembre del año 2017, las empresas Sterling Resources y PetroTal Limited adquirieron los activos petroleros de Gran Tierra Energy Perú, los Lotes 95, 107 y 133. El consorcio pretende reiniciar actividades exploratorias, en el Lote 95, en el tercer semestre del año 2018, con una inversión aproximada de 30 millones en obras civiles y operaciones, gestión social y permisos. En el largo plazo, la intención de los nuevos operadores del Lote 95 es realizar la perforación de 4 pozos confirmatorios y dos pozos inyectores con el fin de alcanzar una producción de crudo entre 15 mil y 20 mil barriles diarios hacia el año 2023. Las actividades de exploración y explotación de petróleo de la empresa Gran Tierra Energy han encontrado una férrea oposición en la Región Loreto. En agosto del año año 2013, el Comité de Defensa del Agua de Iquitos hizo publico un pronunciamiento en el que rechazaba enérgicamente la continuación de actividades de exploración en la cuenca del Río Nanay, en los Lotes 123 y 129, que abastece de agua potable a la ciudad de Iquitos. En enero del año 2108, Gran Tierra decidió resolver el contrato de licencia de exploración y explotación de los Lotes 123 y 129. En este sentido, debido a la oposición de diversos actores sociales de la Región Loreto a los trabajos exploratorios de la empresa canadiense Gran Tierra en el Lote 95, ubicado en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Pacaya-Samiria, y ante un grave riesgo de contaminación ambiental en la fase de explotación comercial, existe la posibilidad de que el Lote 95 no entre en producción comercial y sea abandonado, corriendo la misma suerte que los Lotes 123 y 129.
Las Cifras de la Conflictividad Antipetrolera
En la tabla 1 se presentan los datos de estimaciones de reservas y producción de crudo más importantes de los lotes descritos en párrafos anteriores, con capacidad de iniciar o incrementar su producción de crudo en los próximos años. De la información recopilada en la tabla 1 se deduce que las estimaciones de reservas probadas en los Lotes 64, 67 y 95, en conjunto, superan los 200 millones de barriles, no se considera la información del Lote 39. Asimismo, las reservas probables y posibles suman más de 347 millones de barriles. Finalmente, la producción máxima estimada en los Lotes 39, 64, 67 y 95 podrían superar los 141 mil barriles diarios entre petróleo ligero y pesado. Un ejemplo gordo de valorización económica de las reservas probadas existente: en los próximos 10 años, a un valor promedio de 60 dólares, implicaría un volumen de negocio de 12 mil millones de dólares, de los cuales el Perú sólo recibiría un 5%, es decir, 600 millones de dólares. Sencillamente, causa vergüenza ajena escuchar ese tipo de discursos desde autoridades del sector energético.
La conflictividad y negativa existente a la exploración y explotación petrolera en las comunidades amazónicas adyacentes a los Lotes 39, 64, 67 y 95 se enfrenta al interés de Perúpetro de cumplir con sus objetivos en número de contratos y volumen de producción de crudo, reduciendo al máximo el porcentaje de regalías. En este sentido, es necesario abrir un debate nacional que incluya la defensa de los territorios de las comunidades amazónicas y sus derechos inalienables a una vida plena en su entorno natural frente al interés estatal de incrementar los niveles de producción, con unos porcentajes de regalías simplemente vergonzosos, desvelando un descarado entreguismo de los recursos naturales del Perú.