BASES DEL MODELO ENERGÉTICO SOSTENIBLE DEL PERU EN EL SIGLO XXI

                                                                                                                 

El modelo energético peruano actual es un modelo insostenible, altamente vulnerable y dependiente de recursos fósiles externos e internos. La dependencia externa del petróleo expone a la boyante economía del Perú a la volatilidad y especulación con la que se establecen los precios del crudo en el mercado internacional.

La vulnerabilidad energética del Perú

La vulnerabilidad interna ante el gas de Camisea expone al Perú a cortes de suministro eléctrico y problemas de abastecimiento al sector transporte ante cualquier contingencia de los ductos que alimentan Lima. En conclusión, el sistema energético peruano no es sostenible ni a corto ni a largo plazo.

El Perú no se destaca particularmente por ser un país con reconocidas reservas de petróleo. Las reservas explotables de petróleo, si se descubriesen, servirían para cubrir por unos años la demanda interna.

El Perú es ahora un país con un crecimiento importante, es decir, se incrementará el proceso de motorización del país, por tanto, habrá más vehículos y mayor consumo de derivados del petróleo. Por esta simple regla de tres, el petróleo que se consiga explotar servirá para cubrir una insiginificante parte de la demanda, hasta que se acabe el petróleo.

La adicción al petróleo continuará pero en lugar de suministrar combustible a 2 millones de vehículos habrá que suministrar 10 millones. Será necesario importar más petróleo. No sería una novedad, el Perú ya experimentó pasar de exportar a importar petróleo.

El Perú tampoco es un país con inagotables recursos de gas. El gas de Camisea tiene un tiempo de caducidad, 20-30 años según informes oficiales. Tarde o temprano se acabará el gas, es un hecho irrefutable. El gas cubre la demanda interna – sector eléctrico, sector transporte, así como del sector industrial, comercial y residencial – y aproximadamente la mitad de la producción nacional se exporta a través de la Planta de Procesamiento de Melchorita.

El proceso de implantación del mercado del gas, ha sido particularmente curioso. En el sector eléctrico se quema el gas mayoritariamente en centrales de ciclo simple, muy ineficientes, sólo existen una o dos centrales de ciclo combinado, algo más eficientes.

Pero lo sorprendente, es que a pesar de la existencia de sistemas de cogeneración y trigeneración, con un rendimiento superior al 75%, -dependiendo del tipo de tecnología-, el gas de Camisea se quema de forma muy pero muy ineficiente ya sea en turbinas o en vehículos.

Sería interesante realizar un estudio para evaluar cuánto gas no se ha aprovechado eficientemente si se hubiese quemado en sistemas de cogeneración o en motores perfectamente diseñados para usar gas y cuanto le ha costado al país esta falta de planificación y seriedad en el uso eficiente del gas.

La adicción energética al gas de Camisea

La adicción creada en los últimos años al gas natural deberá tener un sustituto puesto que las centrales y los vehículos seguirán consumiendo gas natural. Se repetirá la historia del petróleo, en cualquier caso ya existe la experiencia de pasar de exportar a importar recursos fósiles.

Se deduce, por tanto, que el Perú tiene un serio problema en garantizar la continuidad de suministro energético a corto plazo – dependencia del petróleo – y a largo plazo – dependencia del gas de Camisea -. A esta situación hay que añadir que el Perú si está situado en el Top Ten de los países que se verán más afectados por el cambio climático. Los grandes nevados, reguladores naturales de los recursos hídricos del Perú, llevan décadas perdiendo masa glaciar, por tanto, se deshielan.

En este contexto, ¿no sería conveniente reflexionar sobre el modelo energético peruano en un horizonte de 20-30 años?, el tiempo que se tardaría en transformar completamente el modelo energético actual, analizando la experiencia de otros países.

Bases de un modelo energético sostenible

La idea es establecer las bases de un modelo moderno, inteligente, respetuoso con el medio ambiente, seguro, sostenible, competitivo, inclusivo y que no ponga en peligro el frágil sistema económico existente dependiente de recursos fósiles internos y externos. En este sentido, la propuesta que se realiza desde este artículo es que las bases del modelo energético sostenible del Perú del siglo XXI deberían ser:

  1. Planes de integración de energías renovables (transporte, electricidad, calor y frio)
  2. Planes y acciones de eficiencia energética (optimización de las centrales térmicas e hidráulicas, sector transporte, sector residencial, sector industrial, sector comercial, patrones de consumo, gestión eficiente de la demanda)
  3. Edificación sostenible en nuevas construcciones y rehabilitación y certificación energética de edificios antiguos (técnicas bioclimáticas de construcción, edificios de emisión cero e integración de energías renovables en la edificación)
  4. Estrategias sostenibles en el sector transporte (construcción de bio-refinerías, investigación e innovación en biocombustibles de tercera generación, empleo de vehículos híbridos y eléctricos en Ministerios y organismos públicos, electrificación del transporte público y de mercancías, ordenación de la movilidad y espacio urbano, creación de vías ciclistas para cortas y medianas distancias, conducción eficiente y respetuosa con los peatones)
  5. Sistemas de generación distribuida y sistemas de almacenamiento de energía coordinados por sofisticados protocolos de telecomunicación.

Desde luego que es más fácil perforar y extraer gas y petróleo – hasta que se acaben o importe –, pero la construcción de un modelo energético sostenible que garantiza la continuidad de suministro energético, maximiza la independencia e invulnerabilidad energética del país es una tarea audaz, inteligente, a largo plazo que no se debe postergar.

El crecimiento y la riqueza económica que tanto esfuerzo ha costado se pueden desvanecer en unos cuantos años de inseguridad, dependencia y vulnerabilidad energética. Las generaciones venideras no entenderán porqué no se abordó un proceso de transformación cuando existían los recursos económicos y la tecnología necesaria para iniciarla.

Vídeo – Cambio Global I: el reto es actuar

Vídeo – Cambio Global II. La crisis energética

Vídeo – Cambio global III. El reto es la ciudad

Video – Cambio Global IV: El reto es el transporte

Madrid, a 9 de Noviembre del año 2011