EL HORIZONTE ENERGÉTICO DEL QUINQUENIO PPK

El 28 de julio del 2016, el Perú inició un nuevo quinquenio presidencial. El sector energético peruano experimenta una situación compleja y requiere de cambios normativos y de una visión diferente a largo plazo. El quinquenio de PPK deberá plantear los cimientos de un largo y escalonado proceso transformación del modelo energético actual. El principal problema energético del próximo quinquenio será abordar el grave problema de sustitución de los recursos fósiles por energía eléctrica y, más concretamente, proceder a la despetrolización del transporte y la desmetanización del sector eléctrico, en un entorno de agotamiento y volatilidad de precios de los recursos fósiles así como de gran competitividad económica de las tecnologías renovables e innovación tecnológica de los sistemas de gestión de la demanda.

Reducción de las Reservas de Gas y Petróleo

En el año 2016, el Ministerio de Energía y Minas publicó el Libro Anual de Reservas de Hidrocarburos al 31 de diciembre del año 2015. En ese informe se constata una lenta pero paulatina caída de las reservas probadas, probables y posibles tanto del petróleo como del gas natural en los últimos años. En el caso del gas, entre el 2009 y 2013, las reservas probadas y posibles en conjunto pasaron de 26 a 21 TCF, figura 1. Sólo en al año 2015, las reservas probadas y probables se han reducido en casi 3,2 TCF, alcanzando actualmente el valor conjunto total de 18 TCF. En 6 años, las reservas probadas y probables han caído en un promedio de 1,2 TCF anual.

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Figura 1: Evolución de las reservas probadas y probables de gas natural entre 2004 y 2015, MINEM.

En un escenario alternativo optimista, el Plan Energético Nacional 2014-2025 prevé que el consumo de gas natural en 2025 alcance unos 2400 MMPCD, millones de pies cúbicos diarios. El yacimiento de Camisea deberá inyectar casi 1 TCF anual de gas natural. A un consumo diario esperado de 1540 MMPCD, entre 2016 y 2022, se habrá extraído de Camisea unos 3,4 TCF. Si continua la constante reducción de las reservas, el yacimiento de Camisea para el año 2022, con suerte habrá disponibles algo más de 12 TCF, a un consumo anual de casi 1 TCF, el Perú dispondrá de 12 años más de independencia gasífera. En los últimos años, las reservas de gas han entrado, en una tendencia de reducción muy peligrosa en un futuro escenario de crecimiento constante del consumo de gas natural. La reducción de reservas y el incremento esperado de la demanda podría afectar seriamente al número de años que los lotes de Camisea puedan garantizar la continuidad de suministro de gas. Todo apunta a que en menos de dos décadas se convertirá en un importador neto de gas natural. Se vislumbra con carácter de urgencia la necesidad elaborar un plan energético de sustitución del gas natural en un horizonte de 10 a 20 años. De lo contrario, se expone al país a una futura dependencia del gas procedente del exterior a precios desorbitados. En la próxima década, si no se certifican nuevas reservas de gas, el Perú deberá importar gas natural, especialmente, para garantizar la producción eléctrica en las centrales térmicas. El Perú ya ha sufrido la terrible experiencia en convertirse de exportador de petróleo a importador de derivados de petróleo.

Según el MINEM, las reservas de petróleo se reducen paulatinamente desde el año 2011. Las reservas probables han pasado de 800 millones de barriles en el año 2011 hasta 191 millones de barriles en el año 2015. En el caso de las reservas probadas pasaron de 579 a 473 millones de barriles entre el año 2011 y 2015. En 4 años, las reservas probadas y probables de petróleo se han reducido en 700 millones de barriles. El Perú ha perdido en los últimos años un promedio de 175 millones de barriles al año.

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Figura 2: Evolución de las reservas probadas y probables de petróleo entre 2004 y 2015, MINEM.

El Plan Energético Nacional 2014-2025 presenta una proyección de demanda de hidrocarburos líquidos de 340 mil barriles diarios para el año 2025, en el caso más optimista. A inicios de julio del año 2016, la producción nacional de petróleo apenas supera los 30 mil barriles diarios de petróleo. Perú no es un país productor de petróleo. La máxima producción se alcanzó en los 80 y apenas se superaron los 200 mil barriles diarios. La situación no es novedosa. La producción nacional de crudo convencional en Perú se reduce gradualmente desde 1980. 32 años de reducción continua de la producción de petróleo en Perú no convence a los organismos nacionales de política energética a iniciar un proceso serio y planificado de transición hacia un modelo energético desacoplado del petróleo.

Una propuesta alternativa sostenible deberá evaluar e implementar un escenario de electrificación del transporte de personas y mercancías en un plazo no superior a 20 años. La dependencia del petróleo en el sector transporte es eslabón más débil de la economía peruana. El 85% del consumo de derivados de petróleo en Perú se destina al transporte terrestre, aéreo y marítimo, de personas y mercancías. No existe sustituto del petróleo, por tanto, es imprescindible plantearlos lineamientos generales de una estrategia a largo plazo de despetrolización del transporte en Perú, en contraposición a una visión actual equivalente a un suicido energético a largo plazo y que pone en peligro la estabilidad social y económica de las futuras generaciones.

Electrificación del sistema energético

La situación de incesante e irreversible reducción de las reservas de gas natural y petróleo en los próximos años, descrita en párrafos anteriores, implica la necesidad de planificar un sector energético basado en la explotación de recursos energéticos autóctonos, en una óptima gestión de la demanda, en un proceso de integración regional y en una adecuada integración de los sistemas renovables de generación eléctrica, en un horizonte de mediano/largo plazo.

El gobierno de PPK deberá abordar la electrificación del transporte público y privado, de personas y mercancías, por aire, mar y tierra. Una estrategia de despetrolización permitirá desacoplar al Perú de futuras turbulencias internacionales en el sector del petróleo. Actualmente, existe una gran variedad de propuestas tecnológicas de sustitución de energías fósiles en el transporte. El metro subterráneo, el tranvía y los autobuses eléctricos pueden convertirse en la opción imprescindible y necesaria para electrificar el transporte en el Perú.

Asimismo, es necesario sustituir el consumo de derivados de hidrocarburos en la cocción de alimentos y en el calentamiento de agua para uso sanitario. Además, la inexistencia de subsidios garantiza una relativamente sencilla transición energética, tanto en el sector doméstico como en el sector transporte, que tampoco dispone en la actualidad de un sistema de compensación de precios del combustible fósil. Por otro lado, ante la situación actual de exceso de potencia eléctrica instalada, la implementación de un sistema de transporte urbano e interurbano electrificado, así como masificación de sistemas de inducción en el sector doméstico y de servicios permitirá dinamizar la construcción de sistemas de generación eléctrica, evitando la reducción del margen de reserva y de la realización de nuevas obras en el sector eléctrico peruano en los años venideros.

Otro aspecto, no menos importante, a abordar en el quinquenio PPK, es la implementación de sistemas inteligentes de gestión de la demanda eléctrica que proporcione elevados niveles de variabilidad del sistema eléctrico ante situaciones inesperadas. En este sentido, la gestión de la demanda se convertirá en una herramienta de control de la reserva del sistema eléctrico conjuntamente con la interconexión con el Ecuador.

Energías Renovables e Integración Eléctrica Regional

En unas décadas, la garantía de suministro de gas natural en el Perú se reducirá significativamente. Por tanto, será indispensable iniciar un proceso de sustitución de las centrales de ciclo combinado por sistemas renovables de generación eléctrica. En diciembre de 2015, según información proporcionada por el COES SINAC, las tecnologías renovables de generación eléctrica suministraron 2,1% del total de energía eléctrica. Entre los sistemas renovables no convencionales de generación eléctrica destacan las instalaciones de energía eólica, con una aportación anual superior a 60 GWh durante el mes de diciembre.

Es importante indicar que según el Decreto Legislativo 1002/2008, actualmente, en Perú, el porcentaje de suministro de energías renovables en relación debería ser de 5%. Por tanto, casi 8 años después de la promulgación del DL 1002/2008, a inicios de 2016, la integración efectiva de energía eléctrica de origen renovable en Perú no ha cumplido con los objetivos inicialmente propuestos. La aceleración de la integración de energías renovables en Perú requiere la elaboración de nuevos mecanismos e incentivos de promoción. El Perú posee un inmenso potencial renovable eólico, solar y geotérmico. Según el MINEM, el potencial renovable no convencional de Perú se puede expresar en los siguientes términos:

Se estima que Perú tiene un potencial de energía eólica de 77.000 MW, de los cuales 22450 MW son técnicamente explotables. El recurso eólico se distribuye especialmente a lo largo del litoral peruano.

Perú dispone de un recurso solar muy uniforme. Según el atlas de energía solar de Perú, las regiones con los mayores recursos solares se sitúan a lo largo de la costa meridional: Arequipa, Moquegua y Tacna. En términos generales, el promedio anual es de 4-5 kWh/m2 día.

La evaluación de 61 posibles yacimientos geotérmicos en seis regiones del país permitió concluir que existe un potencial geotérmico de unos 3.000 MW. Este potencial deberá ser verificado con los correspondientes estudios de factibilidad que demanda desarrollar la fase de perforación.

Las tecnologías RER pueden participar activamente en el proceso de transformación del modelo energético peruano. En el próximo quinquenio PPK se deberá elaborar un Plan de Energías Renovables, configurando un mix de sistemas renovables gestionables y no gestionables que sustituyan a las centrales de ciclo combinado de forma escalonada, en los próximos 20 años, y así evitar la importación de gas natural.