EL DESAFIO HIDROELÉCTRICO PERUANO

Uno de los más importantes impactos del denominado «Efecto Camisea» es la metanización del sistema eléctrico peruano. En los últimos años, el gas natural ha desplazado a la fuerza de los ríos como principal productor de energía eléctricas en el país. La irrupción de una nueva tecnología eléctrica, que aprovecha energía fósil para la generación de electricidad, obliga a reflexionar sobre la necesidad de elaborar un plan de transición del gas hacia recursos renovables. Las tecnologías de generación basada en recursos renovables deberán reemplazar en un horizonte de relativamente corto plazo a las centrales de ciclo combinado.

El sector hidroeléctrico en cifras

En el Perú, según el “Documento Promotor: Subsector Eléctrico 2012” del Ministerio de Energía y Minas, existen más de 23 centrales hidroeléctricas superiores a 18 MW con una potencia instalada de 3152 MW, figura 1. La última gran central hidroeléctrica en el Perú se terminó de construir en el año 1991: la central de Carhuaquero con una potencia de 75 MW. Se inició su construcción en el año 1980, posteriormente privatizada y varias veces repontenciada alcanza actualmente los 110 MW. Desde el año 1991 tan sólo han entrado en funcionamiento dos centrales hidroeléctricas de gran potencia, Yuncan y El Platanal, en el año 2006 y 2010 con 137 MW y 220 MW de potencia instalada, respectivamente. Es decir, sólo se construyeron dos grandes centrales hidroeléctricas en casi 20 años, un vacío muy grande para un país eminentemente hidroeléctrico. Un parón hidroeléctrico jamás antes visto.

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Figura 1: Centrales de generación eléctricas mayores de 18 MW a finales del año 2012. MEM

Actualmente entre contratos de concesiones definitivas y autorizaciones otorgadas por el Ministerio de Energía y Minas, contratos de concesiones de generación eléctrica licitadas por PROINVERSION y contratos de suministro a largo plazo con empresas distribuidoras hasta el año 2016 se instalarían 2260 MW, según información de la Gerencia de Fiscalización Eléctrica, OSINERGMIN. Asimismo, como resultado de la primera y segunda subasta de tecnologías RER, se espera hasta el año 2016 la instalación de 205 MW de potencia hidroeléctrica. En resumen, en los próximos años se espera aproximadamente la construcción de centrales hidroeléctricas con una potencia instalada total de 2500 MW.

El efecto Camisea

Antes del año 2004, la producción eléctrica en el Perú era predominantemente hidroeléctrica, figura 2. En el año 2003, la energía eléctrica de procedencia hidroeléctrica superó el 82% del total producido en ese año, unos 22900 GWh. A finales del año 2012, según el “Estadística de Operaciones 2012” del COES, la participación de producción hidroeléctrica se redujo a un 55,86% del total. La construcción de centrales termoeléctricas a partir del año 2005 gracias a llegada del gas natural de Camisea a la costa peruana ha derivado en la instalación de más de 2500 MW de potencia termoeléctrica a finales de septiembre de 2013 en los alrededores del distrito de Chilca. El gas natural de Camisea es un recurso no renovable por lo que esa nueva adicción fósil implica prepara un plan de recambio energético en un horizonte no muy lejano. Después del gusto viene el disgusto.

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Figura 2: Evolución de la producción de energía eléctrica en el Perú entre el año 1997 y 2012. COES-SINAC.

Un Plan de Transición urgente

Es necesario, por tanto, proponer una Plan de Transición a largo plazo para reemplazar las modernas centrales de ciclo combinado cuando las reservas de gas de Camisea lleguen al inexorable momento de su límite natural. A menos que las autoridades de los gobiernos de turno prefieran que el sector eléctrico peruano pase a depender en las próximas décadas de un gas extranjero a precios exorbitados. Las centrales hidroeléctricas deberán jugar un rol importante en ese proceso de transición así como la implementación de agresivos planes de ahorro y eficiencia energética que impliquen una considerable reducción del consumo eléctrico nacional.

En el caso de las centrales hidroeléctricas es importante señalar que estos sistemas de generación no son del todo inocuos en su impacto medioambiental, por lo que es importante establecer unas estrictas condiciones de respeto al entorno medioambiental en el que se construirán estas instalaciones.

En el caso peruano, debido a las características geográficas del territorio nacional, las centrales hidroeléctricas pueden construirse en la vertiente del Pacifico o en la vertiente Atlántica.

En ambas vertientes es posible construir centrales hidroeléctricas de alta montaña. Estas centrales se caracterizan por ser de tamaño mediano, disponen de alturas importantes de caída del agua y no emplean grandes reservorios o embalses. Exigen, no obstante la construcción de túneles, conductos forzados y pequeños reservorios. El impacto medioambiental y social es limitado, lo que no le exime de una seria y rigurosa evaluación medioambiental.

Por otro lado, en la vertiente amazónica, además, la construcción centrales hidroeléctricas en la Amazonia es viable para grandes instalaciones con amplios territorios inundados y con un nefasto impacto medio ambiental.

En marzo del año 2011, se presentó el estudio del “Atlas del Potencial Hidroeléctrico del Perú” contratado por la Dirección General de Electrificación Rural del Ministerio de Energía y Minas. En ese informe se realizó un estudio preliminar del potencial hidroeléctrico en el Perú. Los valores de la potencia técnica hidroeléctrica aprovechable y no aprovechable en el Perú para las diferentes vertientes se presentan en la tabla 1. La potencia hidroeléctrica aprovechable en el Perú es 69445 MW.

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Tabla 1: Potencial técnico hidroeléctrico aprovechable y no aprovechable. DGER-MEM.

Eficiencia y ahorro energético y energías renovables

La apuesta por una acelerada construcción de centrales hidroeléctricas en el Perú inhibe la activa participación de otras alternativas tecnológicas más respetables con el medio ambiente y con mayor capacidad de generación de empleo e inclusión social.

Una de las prioridades del Ministerio de Energía y Minas debería ser la realización de un profundo estudio de la capacidad de reducción de consumo energético a nivel nacional por la implementación de un Plan Nacional de Ahorro y Eficiencia Energética. Una importante incidencia en la reducción del consumo eléctrico debido a políticas de eficiencia y ahorro energético reduciría el número de grandes instalaciones eléctricas no renovables, basada en recursos fósiles, y programadas a construirse en un futuro cercano.

El renacimiento hidroeléctrico en el Perú se debería acompañar con el análisis serio y desapasionado de los siguientes aspectos:

  • Realizar un estudio del impacto energético, económico, medioambiental y social del establecimiento de políticas nacionales de ahorro y eficiencia energética a largo plazo en todos los sectores consumidores de energía eléctrica del país.

  • Elaborar un estudio del impacto medioambiental, económico y social de las centrales hidroeléctricas existentes y en fase de proyecto en el Perú. El objetivo central de este estudio es determinar el grado de impacto de estas instalaciones y establecer zonas del país aptas para la construcción de centrales hidroeléctricas y zonas de prohibición de este tipo de instalaciones en determinadas cuencas hidrográficas.

Es importante divulgar la existencia de propuestas alternativas y complementarias a la construcción de grandes centrales hidroeléctricas y proponer el inicio de un proceso de reducción del consumo energético y, particularmente eléctrico, basado en el consumo inteligente, en el ahorro y la eficiencia energética y en la masificación de instalaciones renovables de reducido impacto medioambiental.

Asimismo, es necesario indicar que tanto las centrales hidroeléctricas como las restantes tecnologías renovables y los planes de ahorro y eficiencia energética tienen como objetivo principal no sólo cubrir el incremento de la demanda eléctrica de los próximos años sino reemplazar el inexorable momento del final de las reservas de Camisea y su empleo en la generación de energía eléctrica. Sólo así se podrá evitar la posibilidad de que el Perú se convierta en un importador neto de gas natural en un futuro no muy lejano, incrementando su dependencia energética externa.

Madrid, a 14 de Noviembre del año 2014