En el año 1956, el geólogo Martin King Hubbert de la Shell Company demostró que cualquier yacimiento de petróleo presenta un comportamiento bastante previsible y predecible, conocido desde entonces como la “Curva de Hubbert”. La producción de petróleo en cualquier pozo, yacimiento, país, región o planeta alcanza un pico máximo a partir del cual nunca más se podrá alcanzar esa producción máxima. Por otro lado, la empresa petrolera British Petroleum publica cada año un informe estadístico sobre las reservas, producción y consumo de los diferentes tipos de energía primaria por países y regiones. En Junio de este año se publicó el informe “BP Statistical Review of World Energy June 2013” . En este artículo, se presenta un análisis de la situación actual de la producción y consumo de petróleo en el mundo en base a la “Curva de Hubbert”, los datos presentados en el informe estadístico, antes mencionado, para finales del 2012 y otros informes complementarios de la Agencia Internacional de la Energía, AIE.
La nueva nomenclatura petrolera: petróleos convencionales y no convencionales
Desde hace algunas décadas, en los informes de las agencias y organismos especializados se suele hacer referencia a petróleos crudos y petróleos no convencionales. El crudo ligero está asociado a los petróleos más conocidos comercialmente en la opinión pública por su procedencia: el West Texas Intermediate (USA) y el Brendt (Mar del Norte), caracterizados por tener una baja densidad y viscosidad. Además, se obtienen en un proceso de extracción relativamente sencillo, barato y de elevada movilidad del crudo. Si el petróleo presenta una densidad y viscosidad algo más elevada se denomina petróleo pesado.
El crudo ligero y el petróleo pesado se consideran petróleos convencionales. Además, el exclusivo grupo de los petróleos convencionales incluye a los condensados, hidrocarburos muy ligeros que se encuentran en estado gaseoso en el subsuelo, pero que a las condiciones de presión y temperatura superficiales se condensan a líquidos.
En la figura 1, se muestra la evolución de la producción de petróleos convencionales (crudo ligero y pesado + condensados) entre el año 2000 y 2011. Se observa que desde el año 2005, la producción de petróleo convencional presenta una meseta alrededor de los 73 millones de barriles diarios. El estancamiento de la producción de petróleo convencional corrobora la información de la Agencia Internacional de la Energía, AEI: el petróleo más barato y fácil de extraer alcanzó el pico del crudo ligero en el año 2006 con un valor de aproximadamente 70 millones de barriles diarios.
Los petróleos no convencionales agrupan a una serie de combustibles líquidos que se caracterizan por la dificultad en el acceso al recurso y la complejidad de su extracción. Entre estos se incluyen a los petróleos extrapesados (presentan una gravedad por debajo de 10º según la American Petroleum Institute), las arenas pesadas o arenas asfálticas (oil sands o tar sands), los esquistos bituminosos (oil shales), las rocas compactas de baja permeabilidad (tight oil) y los combustibles sintéticos derivados de la conversión gas a líquidos (gas-to liquids o GTL) y de carbón a líquidos (coal-to-liquids o CTL).
Algunos especialistas consideran dentro de los petróleos no convencionales a los petróleos árticos o polares, a los petróleos de aguas ultra profundas y a los biocombustibles. Los datos del informe estadístico “BP Statistical Review of World Energy June 2013” presentan petróleos convencionales y no convencionales (petróleo de rocas compactas y arenas bituminosas, líquidos de gas natural – LGN –, etc.), excluyendo los biocombustibles y los combustibles derivados del carbón.
La Agencia Internacional de la Energía en el informe World Energy Outlook de octubre de 2012, separa de los petróleos no convencionales al petróleo de rocas compactas (tight oil) y asigna a los líquidos de gas natural (porciones líquidas del gas natural obtenidos en plantas de procesamientos que incluyen etano, propano, butano, pentano, gasolina natural y condensados de planta), un lugar de especial relevancia en la producción mundial de combustibles líquidos, figura 2.
Se incluye, además, a los denominadas “Processing gains”, es decir, las ganancias en la eficiencia de las refinerías por la implementación de procesos de modernización en la producción mundial de combustibles líquidos.
El fin del petróleo barato
De la figura 2, se deduce que la producción de crudo convencional alcanzó su máxima producción en el año 2005 – según la AIE fue en el año 2006 con unos 70 millones de barriles diarios – y que, además, presenta un declive de producción muy pronunciado hasta el año 2035. El declive de los actuales yacimientos es de tal magnitud que la AIE estima que en 2035 sólo producirán 25 millones de barriles diarios de crudo convencional. En otras palabras, se acabó el petróleo barato.
Los yacimientos a desarrollar y descubrir podrían suministrar según la AIE unos 40 millones de barriles diarios en el año 2035, es decir, 4 veces la producción actual de Arabia Saudí. La seguridad energética mundial se basa en la incertidumbre de desarrollar los yacimientos existentes y descubrir nuevos yacimientos en los próximos 35 años.
La diferencia entre la máxima producción diaria y la producción de crudo convencional esperada en 2035 – 35 millones de barriles diarios – se cubrirá con los líquidos de gas natural, el petróleo de rocas compactas (tight oil), los denominados “otros petróleos no convencionales” (más difíciles de procesar y refinar, y por tanto, más caros que el crudo convencional, además, son de menor intensidad energética) y las ganancias del proceso de refino (Processing gains).
Otra curiosidad de la figura 2, es que la producción mundial de líquidos combustibles no superará los 100 millones de barriles diarios, con una clara tendencia a estabilizarse en ese valor, algo que muchos CEOs de empresas petroleras ya habían afirmado hace algunos años. En junio del año 2008, en un Seminario sobre Energía y Medio Ambiente, Jean Jacques Mosconi, Vice President of Strategic Planning and Economic Intelligence de la Compañía Total, sugirió que la demanda de combustibles líquidos se tendrá que adaptar a un límite de suministro cercano a los 100 millones de barriles diarios, figura 3.
En la figura 4, se muestra la participación en la producción mundial de petróleo de los yacimientos en función de la década de descubrimiento entre el año 1965 y 2010. Es destacable que los yacimientos descubiertos anteriores a la década de los años 80s producen aún más de 60 millones de barriles diarios mientras que los yacimientos descubiertos a partir de década de los 80s apenas suministran unos 23 millones de barriles diarios y ya han sobrepasado su pico de producción.
El suministro energético mundial depende del comportamiento de los viejos yacimientos de petróleo, que además ya presentan claros signos de estancamiento en su producción, figura 4. Asimismo, se observa que entre 1965 y 1979, la producción mundial de petróleo aumentó desde casi 32 millones a poco más de 66 millones de barriles diarios en tan sólo 14 años. Desde el año 1979 al año 2010, la producción mundial de petróleo se ha multiplicado por 1,25 en 31 años. En el año 2010, la producción de petróleo apenas superó los 83 millones de barriles, un claro retroceso en la intensidad de producción mundial. La explicación de la ralentización en el consumo de petróleo se debe a la incorporación del gas natural en la producción de electricidad y en los sectores industriales y domésticos.
La incorporación masiva del gas natural en el consumo energético mundial ha permitido mitigar el impacto de la reducción de la producción en campos petrolíferos con serios declives en la extracción. En el siglo XIX el petróleo salvó a las ballenas de la extinción mientras que en el siglo XX el gas salvó al mundo de una inevitable crisis energética.
La inexorable “Curva de Hubbert” mundial
Según el informe “BP Statistical Review of World Energy June 2013”, la producción de combustibles líquidos a finales del 2012 superó los 86 millones de barriles diarios, un 2,3% más que en el año 2011, exceptuando la producción de biocombustibles y combustibles líquidos derivados del carbón. En el año 2006, según la Agencia Internacional de la Energía, se alcanzó el pico de producción de petróleo convencional, como lo previó Hubbert. Hubbert no se equivocó, la producción convencional ya alcanzó el ineludible pico. Desde ese año el crudo ligero oscila alrededor de los 70 millones de barriles al día. Por tanto, los 16 millones de barriles restantes corresponden a los combustibles líquidos no convencionales y a los líquidos de gas natural, con menor intensidad energética que el crudo convencional.
Por otro lado, la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, en el informe mensual sobre el mercado del petróleo de septiembre de 2013, denominado Monthly Oil Market Report, muestra que desde octubre del año 2011 hasta agosto del año 2013, la producción de combustibles líquidos oscila entre los 88 y 90 millones de barriles diarios, figura 5. Se observa claramente la existencia de una meseta mundial de producción de petróleo desde hace casi dos años. Dos años de estancamiento mundial en la producción de petróleo.
La reducción del consumo en los países europeos en recesión y en Estados Unidos es asumido por las economías emergentes como China, Rusia, Brasil, India, Sudáfrica y Australia. La meseta de producción indica inequívocamente la llegada del pico mundial de producción de combustibles líquidos convencionales y no convencionales
La tercera era de los hidrocarburos estará definitivamente asociada al petróleo y gas no convencional. Hubbert desconocía del importante papel que jugarían los recursos fósiles no convencionales y no los incluyó en sus investigaciones. No obstante, el hecho de la insorteable llegada de un pico de producción no convencional es algo inexorable e inevitable.
A pesar del incremento de la producción de líquidos combustibles no convencionales, cada vez hay más países importadores de líquidos combustibles que países exportadores. La teoría de Hubbert se muestra implacable con ayuda de los datos estadísticos anuales de producción de petróleo. En la figura 6, se observa el mapamundi de Hubbert, en verde los países exportadores de petróleo y en rojo los países importadores. En gris aparecen países de los cuales no se disponen datos contrastados, pero que en cualquier caso no son especialmente importantes en la producción de petróleo a nivel mundial.
Los países industrializados son países esencialmente importadores, exceptuando a Canadá, Noruega y Dinamarca. Las potencias económicas emergentes son también países netamente importadores (Brasil, India, China, Australia y Sudáfrica), exceptuando a la Federación Rusa, que es uno de los grandes exportadores mundiales.
La mayoría de los países árabes, excepto Egipto son países exportadores de petróleo, al igual que otros países del continente africano como Angola, Nigeria, Sudán, Gabón, entre otros. En Latinoamérica, Venezuela, México, Colombia, Ecuador y Argentina son países exportadores de petróleo que atraviesan por una situación bastante particular por un descenso o estancamiento en su producción de combustibles líquidos.
En un futuro no muy lejano, el mapamundi mundial de petróleo a la luz de la “Curva de Hubbert” adoptará un color cada vez más rojo, es decir, más países importadores se convertirán de exportadores a importadores de petróleo.
Conclusiones
La teoría de Hubbert sobre el pico de la producción de petróleo ha sido corroborada en la práctica por la máxima producción alcanzada en el año 2006 de los denominados combustibles líquidos convencionales, así lo informó la Agencia Internacional de la Energía. La creciente incorporación en la producción mundial de los denominados combustibles líquidos no convencionales ha permitido mantener un suministro muy ajustado a la demanda mundial.
Actualmente, las combustibles líquidos no convencionales suministran 16 de los 86 millones de barriles diarios de combustibles líquidos en el mundo, casi un 20% de la producción mundial. En años venideros, el porcentaje de los combustibles líquidos no convencionales será mucho mayor, con las implicaciones económicas y medioambientales que genera la explotación de los recursos no convencionales.
La tercera era de los hidrocarburos ya se inició y la producción de petróleo y gas no convencional adquirirá un protagonismo cada vez importante con las graves secuelas económicas y medioambientales que implicará el proceso de extracción y refino de un petróleo de baja calidad y una tasa retorno energético muy discutible.
Vídeo – A Conversation with Martin King Hubbert
Vídeo – Peak Oil and Economic Contraction
Madrid, a 3 de Octubre del año 2013