El Perú no es un país productor de petróleo. La máxima producción se alcanzó en los años 80 y apenas se superaron los 200 mil barriles diarios. A inicios de 2013, y a pesar de las predicciones y previsiones del Ministerio de Energía y Minas y de PeruPetro y de sus deseos de transformar al Perú en un país exportador de petróleo, año a año se comprueba que se incrementa la dependencia externa de crudo asociada a la brecha entre producción y demanda nacional. En un futuro cercano la situación puede ser realmente angustiosa y condicionar seriamente las actividades económicas del país a una excesiva dependencia de la volatilidad del precio de los derivados del petróleo.
Estadísticas de una pesadilla anunciada
Según los datos estadísticos de PeruPetro, a finales de 2012, la producción de petróleo crudo en el Perú es algo más de 64 mil barriles diarios de petróleo, figura 1. El acumulado anual de producción apenas supera los 24 millones de barriles.
La situación no es novedosa. La producción del crudo convencional en el Perú se reduce gradualmente desde el año 1980. 32 años de reducción continua de la producción de petróleo en el Perú no convence a la clase dirigente nacional para iniciar un proceso serio y planificado de transición hacia un modelo energético desacoplado del petróleo.
En la figura 2, se observa que del año 2002 al año 2012, la producción nacional se ha reducido en 27 mil barriles diarios. En el año 2006 y 2007 se incrementó la producción en 2 mil barriles diarios pero los siguientes años se reinició una importante reducción de la producción nacional. Por otro lado, entre el año 2002 y 2012, la producción de crudo convencional se ha reducido en 10 millones de barriles anuales, figura 3. No es difícil deducir que el Perú experimenta una inexorable reducción del principal recurso energético del país deslizándose peligrosamente hacia una dependencia energética nunca antes imaginada e incrementando la vulnerabilidad energética del país. Se observa que la producción en la selva presenta una incesante reducción. Es muy probable, incluso, que los tan publicitados nuevos descubrimientos en la selva no permitan recuperar la producción de años anteriores.
En el Top 10 de países dependientes del petróleo
Mientras la producción de crudo nacional se reduce inexorablemente, la demanda de derivados de petróleo se incrementa a un ritmo preocupante. Según datos del OSINERGMIN entre enero y junio del año 2012, la demanda promedio de productos derivados de petróleo superó los 200 mil barriles diarios. En la figura 4, se observa que la demanda conjunta de diesel y GLP supera el 65% del consumo total de derivados de petróleo. El crecimiento económico del país y el creciente número de nuevos automóviles ha disparado la demanda de petróleo. El incremento del consumo y la reducción de la producción, aumenta el volumen de importaciones de petróleo y derivados, acentuando la dependencia energética del Perú de recursos fósiles externos. En el año 2010, el Perú ocupaba el puesto 14 en el mundo por porcentaje de dependencia del petróleo, figura 5. Es muy probable que actualmente el Perú se encuentre en el Top 10 de países adictos al petróleo. Tres países europeos del Top 10 – España, Grecia y Portugal – sufren terribles recesiones económicas a causa de la excesiva dependencia del petróleo extranjero. La excesiva dependencia del petróleo adquiere una dimensión escandalosa y es el problema más grave del Perú.
La parábola del barril de cerveza
Por otro lado, OSINERGMIN presenta datos detallados de las estimaciones de las reservas probadas en el año 2011, figura 7. Al parecer no existe relación directa entre la reducción de la producción anual de crudo y los volúmenes de reservas probadas. En los últimos años, las reservas probadas se han incrementado mientras que la producción nacional cae inexorablemente. A finales del año 2011, las reservas probadas son de 579 millones de barriles. Es decir, si se mantuviese la producción actual, 24 millones de barriles anuales, el Perú tiene reservas probadas de petróleo para 25 años, por debajo de la media mundial, aproximadamente unos 40 años.
En realidad, la problemática del suministro a largo plazo de petróleo exige una producción real de crudo. Es decir, lo importante es saber el porcentaje de los recursos y reservas que la industria del petróleo será capaz de extraer para cubrir la demanda en los próximos años. Si el consumo de petróleo mundial se asimila a una gran fiesta, los invitados que se acercan a la fiesta desean tener un barril de cerveza a mano y les interesa menos saber el volumen de cebada existente en los campos – reservas probadas o probables – y mucho menos las hectáreas disponibles para el cultivo de la cebada y elaboración de la cerveza – recursos –. El debate, por tanto, no son las cifras de reservas o recursos sino la capacidad de extracción real y comercialización del crudo.
Los sueños incumplidos y la sombría realidad
El discurso vigente actual traslada constantemente el sueño de encontrar grandes yacimientos petrolíferos que permitan transformar al Perú en una potencia exportadora de petróleo. Un discurso que hace caso omiso a los inapelables datos de producción de los últimos 32 años. En la figura 4, se observa los pozos perforados en el Perú en los últimos años según PeruPetro, en los últimos años la actividad exploratoria se ha intensificado, superando la decena de pozos perforados de media en los últimos 4 años. Es importante indicar que PeruPetro estima que el porcentaje de éxito de las exploraciones no supera el 10%.
Asimismo, PeruPetro presenta los grandes descubrimientos realizados en la última década, figura 9, sin especificar el volumen de petróleo realmente extraíble. Resulta curioso que estos descubrimientos no han permitido modificar la triste tendencia de reducción de la producción de petróleo nacional. Los descubrimientos realizados permiten hacer predicciones muy optimistas de la producción de petróleo en el Perú para un horizonte de 2018 – Ministerio de Energía y Minas – y 2030 – PeruPetro, figuras 10 y 11, respectivamente. Una vez más se observa claramente que en altos niveles de decisión del Estado se confunden sueños con realidad.
En las figuras 10 y 11, se observa que en el año 2011 o 2012, ya se esperaba un importante incremento de la producción. Así, según el Ministerio de Energía y Minas se preveía una producción diaria de 100 mil barriles diarios en el 2010, pero las estadísticas indican que en ese año no se superó los 74 mil barriles. Asimismo, PeruPetro esperaba una producción diaria de 120 mil barriles en el 2011 y casi 180 mil en el 2016. Lamentablemente, las estadísticas hacen añicos esas predicciones y regresan a las autoridades estatales a su triste y sombría realidad, la incesante reducción de petróleo nacional y el incremento de las importaciones de crudo y derivados.
Conclusiones
La producción de crudo convencional en el Perú se reduce año a año mientras la demanda se incrementa incesante por el modelo energético existente en el país. En un horizonte futuro de altos precios del petróleo y volatilidad de precios debido a las tensiones geopolíticas en las principales zonas de producción y el declive de la producción de los denominados super yacimientos, el Perú debe elaborar con carácter de emergencia un plan de desacoplamiento del consumo del petróleo en el sector transporte y en el sector primario, fundamentalmente. Los modelos energéticos experimentan un singular proceso de transformación y el Perú no debe ser ajeno a ese proceso, puesto que está en juego la sostenibilidad económica del país y de sus futuras generaciones.
Madrid, a 4 de Febrero del año 2013