WORLD ENERGY OUTLOOK 2012: SUEÑOS Y REALIDAD

 

En Noviembre de cada año, la AIE, Agencia Internacional de la Energía, presenta su informe anual denominado “World Energy Outlook”, WEO. Un informe sobre la problemática actual del sistema energético mundial y las tendencias energéticas futuras para diferentes escenarios hasta el año 2035. El informe anual del WEO es ampliamente publicitado y muy esperado por analistas energéticos y asesores gubernamentales. Es importante indicar, que la AIE es un organismo financiado por los países más ricos del planeta y establece las líneas estratégicas energéticas a escala global a largo plazo. 

En busca del crudo perdido

No cabe duda, para la AIE el problema más acuciante del planeta es garantizar la continuidad de suministro de petróleo o  de “petróleos varios” y así se refleja en el WEO 2012. Se define “petróleos varios” a aquellos líquidos combustibles que desde algunos años se incluyen en las estadísticas para maquillar la escasez o imparable reducción de la producción de petróleo crudo. En la figura 1, se presenta la evolución de la producción de “petróleos varios” desde el año 2000 hasta el año 2035.

Figura 1: Producción mundial de petróleos en el 2035, WEO 2012.

Se deduce de la figura 1, que la producción de petróleo crudo alcanzó su máxima producción en el año 2005 – sobre los 70 millones de barriles diarios – y que presenta un declive de producción muy pronunciado hasta el año 2035. El declive de los actuales yacimientos es de tal magnitud que la AIE estima que en 2035 sólo producirán 25 millones de barriles diarios de crudo convencional. En otras palabras, se acabó el petróleo barato. Los yacimientos a desarrollar y descubrir podrán suministrar según la AIE unos 40 millones de barriles diarios en el año 2035, es decir, 4 veces la producción actual de Arabia Saudí. ¿y si no se descubren ni desarrollan?.

Otra curiosidad de la figura 1, es que la producción global no superará los 100 millones de barriles diarios, con una clara tendencia a estabilizarse en ese valor, algo que muchos CEOs de empresas petroleras ya habían afirmado hace algunos años. La diferencia entre la máxima producción diaria y la producción de crudo convencional en 2035 se cubrirá con los denominados “petróleos varios”, más difíciles de procesar y refinar, y por tanto, más caros que el crudo convencional, además, son de menor intensidad energética. Esa diferencia en 2035, según la AIE, podría ser aproximadamente de 35 millones de barriles diarios, si se llegan a explotar y descubrir los supuestos yacimientos existentes. Si no fuese así, en el peor de los casos esa diferencia sería de 75 millones de barriles diarios de petróleo caro y con menos intensidad energética. La incertidumbre se mueve entre 3.5 y 7.5 la producción actual de Arabia Saudí o la escasez de petróleo.

En la figura 2, se muestra la evolución de la producción de los países pertenecientes a la OPEP desde enero de 2001 a mayo de 2010. Asimismo, se ha incluido la producción de la OPEP desde inicios del año 2010 a enero del 2013 según el Oil Market Report de la AIE. La producción de la OPEP antes del año 2010 presenta una meseta alrededor de los 35 millones de barriles diarios. Asimismo, entre el año 2010 y 2012, la producción de crudo de la OPEP no supera los 32 millones de barriles. Una explicación de no incrementar la producción sería mantener los precios elevados del barril de petróleo alrededor de los 100 dólares en el año 2012 y otra la incapacidad de incrementar la producción debido al declive de los grandes yacimientos de Oriente Medio.

Figura 2: Producción crudo en la OPEP entre 2001 y 2013, OPEC y AIE. 

USA e Irak: La extraña pareja salvadora

En el apartado anterior, se indicó que la AEI manifiesta abiertamente la necesidad reducir el declive de la producción de petróleo crudo e incrementar la producción de los denominados “petróleos varios”. Según la AEI, Irak jugaría un rol básico en  el incremento de la producción de crudo convencional mientras que el desarrollo de nuevas tecnologías de extracción permitiría a los americanos aumentar la producción de los petróleos no convencionales – petróleos varios -, así el desfase entre producción de crudo convencional y no convencional sería parcialmente resuelto hasta el año 2035.  

Figura 3: Producción de petróleo en Estados Unidos e Irak, AIE.

En el año 2035, según las predicciones de la AIE, USA e Irak podrían producir más de 16 millones de barriles de petróleo convencional y no convencional, un 16% de la producción total en el año 2035. No obstante, los 8 millones de barriles diarios iraquíes apenas representan una tercera parte de los campos petrolíferos a desarrollar en el 2035. Queda desarrollar otros 3 Irak para cubrir el declive de producción de crudo convencional, sin considerar los campos que deberán ser descubiertos hacía el año 2035, equivalente a otro Irak. Según la AIE, de los 10 millones barriles diarios de petróleo no convencional a producir en el 2035, aproximadamente 3 millones podrían ser aportados por los Estados Unidos, entre petróleo de rocas compactas y biocombustibles.

La triste realidad de USA e Irak

La gran esperanza del petróleo no convencional americano es la extracción de una especie de petróleo a partir de rocas compactas, denominado tight oil. En la figura 3, se muestra la producción de petróleo de rocas compactas en Estados Unidos desde el año 2000 hasta el año 2012. Se observa de la figura 4, que la producción americana se concentra en los yacimientos de Eagle Ford y Bakken y en conjunto no alcanza el millón de barriles diarios. Asimismo, la producción de ambos yacimientos presenta un pico de producción pocos años después de iniciar la explotación, lo que exige la realización de más perforaciones para mantener la producción.

Es habitual que los yacimientos de rocas compactas alcancen rápidamente el pico de producción. En Montana, la producción alcanzó su máximo nivel 6 años después del inicio de la explotación del yacimiento. Todo esto sin hablar del consumo energético necesario para la producción de ese tipo de petróleo y del gran impacto medioambiental del proceso de extracción de petróleo. Por tanto, se deberá evaluar con mucha precaución el aporte del petróleo no convencional de rocas compactas en la producción mundial de “petróleos varios”. Por otro lado, la producción americana de crudo convencional presenta la misma problemática global. La necesidad de desarrollar campos petrolíferos existentes y el descubrimiento de nuevos yacimientos.

Figura 4: Producción actual de petróleo no convencional en Estados Unidos y proyecciones a 2035, AIE.

Según las predicciones de la AIE, la producción de petróleos no convencionales en Estados Unidos podría alcanzar en 2035 unos 3 millones de barriles diarios, previo pico de producción no convencional de casi 4 millones de barriles diarios (petróleo de rocas compactas y biocombustibles) en 2020.  En la figura 4, se observa que si, además, se contabilizan los Líquidos de Gas Natural, la aportación americana sería de más de 5 millones de barriles diarios.

En cuanto a las predicciones de incremento de la producción de crudo convencional en Irak, al parecer la AIE confunde sueños con realidad. Pretender duplicar la producción hasta los 6 millones de barriles diarios en el año 2020 bajo un entorno de graves tensiones políticas, económicas y sociales causadas por la invasión del país resulta una empresa francamente inabordable. La historia reciente de Irak no juega precisamente a favor de un desorbitado incremento de la producción de petróleo a corto plazo.

La preocupación de la AIE por garantizar la continuidad de suministro de petróleo y las incertidumbres asociadas a la producción en un futuro cercano plantea la necesidad de despetrolizar la economía nacional y desacoplar el funcionamiento de las principales actividades económicas del país de un recurso fósil escaso y cada vez más caro. Hoy por hoy, los mecanismos de estabilización de precios, el balance comercial y las reservas internacionales permiten al Perú afrontar los altos precios del petróleo. No obstante, como cualquier país, el Perú tiene un umbral de dolor, a partir del cual la economía simplemente no puede funcionar con precios de combustibles tan altos.

Madrid, a 27 de Enero del año 2013