REGALÍAS DEL LOTE 192: LA COYUNTURA MUNDIAL y NACIONAL

En noviembre del año 2017, el gobierno del cuestionado, con nula credibilidad, y casi vacado PPK envió el Proyecto de Ley 2145/2017 al Congreso, que propone la revisión y actualización de la Ley 26221, Ley Orgánica de Hidrocarburos, con el objetivo de revitalizar el maltrecho sector petrolero nacional. Lamentablemente, una visión soberana y respetuosa con el medio ambiente, así como una coyuntura internacional de evolución de los precios del crudo, introduce serios cuestionamientos a las modificaciones y alcances de la nueva ley propuesta. El Proyecto de Ley es, fundamentalmente, un absurdo intento de entregar a PeruPetro atribuciones y funciones de decisión sobre la prorroga de contratos y asuntos medioambientales, que son competencias de otros organismos estatales. Por tanto, es esperable una avalancha de reclamaciones de diferentes organismos públicos y organizaciones sociales. Este artículo, no obstante, se centra en desvelar la inconsistencia económica de modificar los porcentajes de regalías de las concesiones petroleras en un periodo alcista del precio del crudo. Las modificaciones de las regalías, en un periodo de elevados precios del petróleo, resultan económicamente injustificadas y onerosas para las poblaciones cercanas a las zonas de explotación petrolera, para los gobiernos regionales y para el Estado peruano.

Nuevo Ciclo Alcista de los Precios de Petróleo

El precio del crudo experimentó un periodo de constante reducción desde mediados del año 2014 hasta inicios del año 2016. Así, el precio del barril Brent se redujo estrepitosamente, en un año y medio, desde un valor máximo en junio del 2014 de 115 dólares a un mínimo de 27,76 dólares en enero del 2016, figura 1. El periodo de reducción de precios del petróleo fue resultado de un ciclo de elevados precios, que se prolongó por más de tres años y medio, entre inicios del año 2011 y mediados del año 2014, con un promedio del Brent superior a 100 dólares por barril, y que coadyuvó a la destrucción del consumo mundial de crudo. El desplome de la demanda mundial de petróleo, en los dos últimos trimestres del año 2013 y los primeros trimestres del año 2014, generó un desequilibrio entre suministro y demanda, reduciendo estrepitosamente los precios del crudo y provocando la desaceleración de las inversiones en exploración y explotación. Entre los años 2010 y 2013, el consumo doméstico en Estados Unidos disminuyó un 2%, mientras que el Producto Interior Bruto, PIB, de India, China y Rusia se redujo de 9,8% a 7,8%, 9,75 a 4,8% y 5% a 1,2%, respectivamente. Los principales países productores de crudo como Rusia, Arabia Saudí y Estados Unidos no ajustaron su producción a la baja y se produjo una sobreoferta mundial de crudo entre mediados del año 2014 y finales del año 2016, figura 1. A mediados del año 2015, Irán llega a un acuerdo con las grandes potencias sobre su programa nuclear y, liberado de las sanciones, entra a competir por su cuota de mercado. Es importante indicar, que un periodo de reducidos precios del crudo sienta las bases de una potencial futura incapacidad de satisfacer incluso ligeros incrementos de la demanda, y por tanto, de un nuevo periodo de incremento de los precios del petróleo, debido básicamente a la paralización de proyectos de exploración y explotación de nuevos yacimientos.

Figura 1: Evolución de los precios del crudo y del balance entre producción y demanda entre 2011 y 2017, EIA.

Por otro lado, el periodo de elevados precios de petróleo, entre 2011 y 2014, permitió a países como Estado Unidos y Canadá realizar importantes inversiones en exploración y explotación de petróleos no convencionales, petróleo de esquistos y arenas bituminosas, económicamente inviables en periodos de reducidos precios. Así, Estados Unidos, en el periodo de precios elevados, incrementó su producción de crudo en más de tres millones de barriles diarios. Incluso, ya inmerso el mundo en el periodo de reducción del precios, inundó el mercado con petróleo de esquisto en casi un millón de barriles adicionales, entre junio del 2014 y abril del 2015, figura 2. Literalmente, los Estados Unidos apagaron el incendio del sector petrolero con petróleo de esquisto gracias a una bien planificada ingeniería financiera. En este punto, ya no es posible explicar las variaciones de los precios sólo por los desajustes entre demanda y oferta, entran en juego intereses y estrategias geopolíticas de algunos países hegemónicos. Estados Unidos al inundar el mercado de crudo y hundir los precios afectó económicamente a países exportadores poco afines a sus intereses hegemónicos como Rusia, Irán y Venezuela. En el primer semestre del año 2015, Arabia Saudí incrementa su producción en casi un millón de barriles, figura 2. El objetivo saudí era capturar una parte sustancial del incremento de la demanda, que experimenta una tendencia a la alza en los dos últimos trimestres del año 2014, y desplazar la producción de petróleo de esquisto americano. El stock de exceso de petróleo se incrementa hasta dos millones de barriles en los primeros trimestres del año 2015 y el precio del crudo Brent se reduce por debajo de los 50 dólares por barril en el segundo trimestre del año 2015. Como resultado la producción americana de petróleo de esquisto se desploma, entre abril del 2015 y septiembre del 2016, en más de un millón de barriles, figura 2, provocando una importante contracción económica en el sector de exploración y explotación del petróleo de esquisto, con cientos de miles de pérdidas de empleos y cierre de pozos de producción.

Figura 2: Evolución y variación de la producción de crudo en diferentes países del mundo, Monthly Oil Market Report.

A lo largo del año 2016, el stock se reduce de 2 millones a medio millón de barriles diarios, debido a un moderado repunte de la demanda y el precio del petróleo inicia una lenta recuperación. El barril de Brent aumenta de 27,76 dólares, en enero de 2016, a más de 56 dólares a finales del año 2016. El 30 de noviembre del año 2016, los países de la OPEP acordaron reducir la producción de petróleo en un millón doscientos mil barriles diarios a partir del 1 de enero del 2017. Además, Rusia y otros países productores de petróleo se comprometen a reducir su producción de crudo en 600 mil barriles, figura 2. El resultado del acuerdo entre los principales productores de petróleo es un aumento del precio del petróleo, que supera los 66 dólares al cierre del año 2017, es decir un incremento de 17,12% en comparación al cierre del año 2016. Asimismo, la recuperación del precio del petróleo desde inicios del año 2016 reanima la producción de petróleo de esquisto. Así, desde septiembre del año 2016 a noviembre del año 2017, la producción de petróleo de esquisto se incrementa de 8,5 millones a 10 millones de barriles diarios, figura 2. Gracias a los acuerdos entre países productores de la OPEP y Rusia en continuar con la limitación de la producción hasta finales del año 2018, la industria petrolera no convencional americana experimenta una segunda juventud, que podría poner en riesgo o cuanto menos aminorar la tendencia alcista del precio del petróleo.

Figura 3: Evolución de los precios de crudo entre 2016-2019 y del balance entre producción/demanda entre 2013-2017, EIA.

En un futuro cercano, en el año 2018 y 2019, los países productores de petróleo pretenden garantizar un consenso de ajuste entre producción/demanda, que estabilice los precios en el horizonte indicado. Según predicciones de la EIA, Energy Information Administration, el precio del petróleo Brent oscilará, en promedio, en los años 2018 y 2019, alrededor de los 60 dólares, figura 3. Por lo tanto, se avizora un periodo de frágil estabilización de los precios del petróleo en los próximos años, sin desestimar las amenazas asociadas a la inestabilidad de Oriente Medio – intervención de Rusia, Estados Unidos y Turquía en Siria – y enfrentamiento entre potencias regionales emergentes – Irán, Arabia Saudí e Israel –, que podrían disparar los precios en un momento determinado. Es importante indicar que un crudo a menos de 70 dólares hace imposible la explotación de algunos yacimientos petrolíferos de aguas ultraprofundas, arenas bituminosas y del circulo polar ártico, reduciendo significativamente la capacidad de la industria petrolera de seguir incrementos inesperados de la demanda, por tanto, afectando la volatilidad de los precios del crudo.

El Sinsentido de la Reducción de Regalías

En el Perú, los defensores de la Propuesta de Ley 2145/2017 consideran que la herramienta más importante para la promoción de inversiones en el sector petrolero es la reducción de regalías y la prorroga infinita de las concesiones, hasta el agotamiento económico del yacimiento. Una estrategia de transformación del modelo energético actual debe priorizar el respeto a las poblaciones, potencialmente afectables por las actividades petroleras, garantizando el inalienable derecho a la consulta previa, así como el respeto a la vida y conservación de la naturaleza, estableciendo la obligatoriedad contractual de entrega de las correspondientes garantías económicas de reparación de los daños ambientales, causados por la empresas públicas y privadas, previos al abandono de las zonas de explotación petrolera. El caso de la grave contaminación ambiental en la selva norte del Perú, debido a la falta de mantenimiento del Oleoducto Nor Peruano, ONP, y el incumplimiento de la remediación medioambiental en los Lotes 192 y 8, por la empresa PlusPetrol, son ejemplos claros de la impunidad legal e indolencia medioambiental de las empresas petroleras públicas y privadas.

Una nueva Ley de Hidrocarburos deberá priorizar la recuperación y remediación medioambiental de las zonas de explotación petrolera y una producción de crudo limitada a satisfacer las necesidades de la refinería de Talara. Las ganancias económicas de la explotación de los recursos petroleros deben emplearse en el desarrollo sostenible de las comunidades adyacentes y la recuperación medioambiental de sus territorios al finalizar el plazo de concesión. Decenas de años de explotación petrolera en la costa norte y selva del Perú no se han trasformado en beneficios reales para ciudades como Talara o para las comunidades amazónicas. Eso si, disfrutarán eternamente de los pasivos medioambientales que les hereden las empresas petroleras púbicas y privadas. La Propuesta de Ley 2145/2017, por tanto, no defiende los intereses sociales, medioambientales y energéticos nacionales: la obtención de adecuadas regalías para el Estado, la garantía de recuperación medioambiental de las zonas afectadas y la garantía de suministro de crudo a la refinería de Talara.

Por otro lado, el Estado peruano ha iniciado un proceso de reforzamiento empresarial de PetroPerú, sustentado en la promulgación de la Ley 30130 de diciembre del año 2013, que declara de necesidad pública e interés nacional la prioritaria ejecución de la modernización de la Refinería de Talara y la adopción de medidas para la reorganización de la empresa y el fortalecimiento del gobierno corporativo. Previamente, en marzo del 2013, PetroPerú obtuvo la propiedad del Lote 64, con 55 millones de reservas probadas en crudo ligero, que le permitió suscribir un acuerdo de asociación para la exploración y explotación del mencionado Lote con la empresa Geo Park, en octubre del año 2014. El acuerdo, que certifica el reingreso de PetroPerú a la fase de exploración y explotación, compromete a Geo Park a realizar el 100% de las inversiones a cambio de una cesión de 75% de las acciones. Asimismo, en octubre del 2015, el Congreso del Perú promulgó la Ley 30357 que autoriza a PetroPerú a suscribir el contrato de explotación del Lote 192, anteriormente denominado Lote 1AB, explotado por PlusPetrol desde el año 2001 y con más 100 millones de barriles en reservas probadas de crudo pesado. Resoluciones y acuerdos que consolidan el retorno de la empresa estatal nacional de petróleo a la fase de exploración y explotación de crudo.

El Lote 1AB, hoy denominado Lote 192, fue desde mayo del 2001 explotado en exclusividad por la empresa PlusPetrol Perú, con un contrato de servicios modificado a un contrato de licencia, que establece un pago de regalías del 30% de los ingresos de las ventas del petróleo extraído. Entre mayo del año 2001 y octubre del 2015, fecha de finalización del contrato con PlusPetrol, el Estado peruano ha obtenido mil 964 millones en regalías, tabla 1. El monto total de ventas por la producción de crudo extraída, en el periodo analizado de 15 años, supera los 6 mil 550 millones de dólares, mientras la inversión realizada por la empresa PlusPetrol apenas fue de 680 millones de dólares, un promedio anual de inversiones de 45 millones de dólares, según datos de Perupetro.

Tabla 1: Datos técnicos y económicos de la actividad petrolera en en Lote 1AB entre mayo del 2001 y octubre del 2015, Perúpetro.

Si se considera un precio promedio del coste de producción por barril a 26 dólares, en los 15 años analizados, la utilidad neta de Pluspetrol de explotación del Lote 1AB superaría a los 1250 millones de dólares. El economista Jorge Manco Zaconetti, en su artículo de septiembre del 2015 “El Lote 192 para PetroPerú al 100%”, estimó que la utilidad neta de PlusPetrol, entre 2002 y 2013, fue de casi 1190 millones de dólares. De la tabla 1, además, se deduce que exceptuando los años 2001 y 2015, con precios reducidos de petróleo, en los restantes 13 años de explotación del Lote 1AB, las ventas de PlusPetrol superaron los 300 millones de dólares anuales, con un pico de ingresos superior a los 700 millones de dólares en el año 2008. En 15 años de explotación del Lote 1AB, la empresa petrolera PlusPetrol ha perforado 3 pozos exploratorios y 34 pozos de desarrollo de las reservas probadas existentes. Se observa, claramente, que la intención de la empresa PlusPetrol ha sido exclusivamente de extraer las reservas marginales remanentes del Lote 1AB, sin preocuparse por la actividad de exploración de nuevas reservas, consciente de que explota un yacimiento depletado. El Estado peruano entregó miles de millones de dólares a una empresa privada que no exploró adecuadamente y que tercerizó sus actividades de explotación. Negocio redondo.

En los últimos años, algunos Ministerios, organismos públicos y altas autoridades del Estado peruano se han dedicado, maliciosa y fervorosamente, a desacreditar a PetroPerú, con el objetivo de impedir su ingreso en la exploración y explotación. Una de los argumentos esgrimidos por los detractores de PetroPerú es que no dispone de los medios técnicos y económicos para ingresar a la fase de explotación en lotes con reservas marginales, es decir, en lotes con reservas probadas. En este punto, es conveniente indicar que existe una reclamación de PetroPerú al Ministerio de Economía y Finanzas, MEF, de reconocimiento del 18% de IGV por las ventas de derivados de petróleo en la Amazonía. Desde el año 2008, en promedio, por concepto de no recuperación del IGV, PetroPerú ha dejado de percibir un equivalente a 90 millones de dólares anuales, capital suficiente para realizar inversiones en el Lote 192, el doble de las inversiones anuales, en promedio, que realizó PlusPetrol en los 15 años de explotación del Lote 1AB. No hay que olvidar que los 100 millones de barriles de reservas probadas, que indica Perúpetro existen en el Lote 192, considerando un precio actual de 50 dólares el barril, equivalen a 5 mil millones de dólares de ventas de crudo en los próximos 27 años a un ritmo de extracción de 10 mil barriles diarios.

Conclusiones

El gobierno de PPK, fiel a sus principios, está decidido a entregar las escasas reservas de petróleo existentes en el Perú al capital privado, sin entender que la inmensa inversión de la Refinería de Talara exige la garantía de suministro de crudo nacional en los próximos 40 años. Por tanto, es necesario una estrategia energética nacional que entregue a PetroPerú los lotes petroleros, con contratos de licencia a punto de finalizar, que permita garantizar el suministro de crudo a la refinería de PetroPerú, y proporcionar una renta petrolera a la empresa estatal, que le permita abordar la remediación de los graves impactos medioambientales causados en los lotes de la selva peruana, incluyendo los impactos causados por el Oleducto Nor Peruano, perteneciente a la propia empresa PetroPerú.

Una Ley de Hidrocarburos, que asuma los intereses de las poblaciones contiguas a la zonas petroleras, deberá garantizar un desarrollo sostenible para las comunidades aledañas a las explotaciones petroleras y un mecanismo económico para resarcir los efectos medioambientales de las actividades extractivas. Por otro lado, en un periodo de encarecimiento precio del crudo, resulta oneroso para el Estado peruano entregar lotes con reservas marginales o reservas probadas a consorcios petroleros privados, con una significativa reducción de las regalías. El caso de la explotación temporal del Lote 1AB por la empresa Pacific Rubiales es un caso vergonzoso, las regalías se han reducido de 30% a 15%, en un periodo de clara recuperación de los precios de crudo en el mundo.

En el plano internacional, en las próximas décadas, se avizora un escenario de precios elevados del petróleo, debido a las siguientes circunstancias: falta de descubrimientos de mega yacimientos, que coadyuva la incapacidad del mercado de garantizar el suministro de crudo ante una tendencia creciente de la demanda; irrupción de los petróleos no convencionales, con un coste superior de extracción y con una inferior tasa de retorno energético, que obliga a producir más volumen crudo para obtener idéntica capacidad energética; y a las tensiones geopolíticas de las grandes potencias económicas en las zonas de concentración de los recursos petroleros, que han derivado y pueden derivar en conflictos militares. En un esperado futuro periodo de elevados precios de petróleo resulta poco inteligente entregar un recurso escaso, estratégico y necesario. Además, la explotación controlada de los yacimientos de petróleo, con la participación directa o indirecta de PetroPerú, proporcionaría al Estado peruano los recursos económicos indispensables para la remediación de los graves impactos medioambientales en la selva norte del Perú, causados por los derrames del Oleoducto Nor Peruano, ONP, y por la prácticas de explotación contaminadoras de PlusPetrol en los Lotes 192 y 8.