PPK, POLÍTICA ENERGÉTICA E ILEGITIMIDAD MORAL

El 21 de diciembre del año 2017 se recordará en la historia del Perú como el día que el Congreso casi vaca a un Presidente electo. Aunque el Congreso no lo haya vacado, el Presidente PPK deberá convivir con un sello indeleble en su dignidad, manchada por la ignominia y vergüenza de la sospecha de haber mentido al Perú y a los ciudadanos que lo eligieron para que ostente el máximo cargo de la patria. La historia y las futuras generaciones de peruanos lo recordarán como el abochornado Presidente olvidadizo, que no recordaba las suculentas consultorías de sus empresas unipersonales, pero que quería seguir gobernando al país puesto que se disculpó, juró no reincidir y ser más prolijo en sus negocios empresariales.

PPK, el Presidente, acusado por varios Congresistas de lobbysta, que consideró que la Presidencia de la República era el último peldaño de su azarosa vida política y su vanidad personal, no fue vacado. PPK, el Presidente, sospechoso de haber engañado al Perú, olvida la existencia de millonarias consultorías, sospechosas de tener conexión con las actividades delictivas de empresas corruptas como Odebrecht. Una práctica generacional común a escala global, las conocidas puertas giratorias, que permiten a ex-altos cargos ministeriales a convertirse en actuales altos cargos de empresas privadas.

El Perú es testigo impasible de la herencia más triste, indigna y vergonzosa que pueden recibir las futuras generaciones de una nación: el quiebre, desahucio e ilegitimidad moral de una casta política incapaz de renunciar a sus irrelevantes y mezquinos intereses partidarios e iniciar un proceso de regeneración integral. Un terrible e inmenso desafío deberán abordar las futuras generaciones de peruanos: reparar la miserable bajeza moral de una generación política perversa y desubicada, emborrachada por la relatividad del poder y la ignorancia vanidosa de sus serviles espíritus.

En un espacio tan deteriorado por los desagradables, infectos y fétidos olores de una desvergonzada casta política nacional, asaltan a la mente algunas dudas existenciales y energéticas:

¿Puede un Presidente, que pidió disculpas por sus piadosos e insignificantes olvidos, tener legitimidad moral para gobernar un país tan complejo y con tan lacerantes desigualdades sociales a resolver como el Perú?

¿Puede un Presidente, casi vacado y con sospechosa legitimidad moral, mirar a los ojos de millones de peruanos con la serenidad y seguridad de un hombre sincero, honesto y con recta intención de transformar el país?

¿Puede un Presidente, que aceptó no haber sido excesivamente prolijo en sus negocios unipersonales, sin remordimientos y contradicciones éticas dirigir el destino de millones de seres humanos?

¿Puede un Presidente, sospechoso de engañar al país, analizar y adoptar decisiones serias sobre el futuro energético del Perú, en un momento de emergencia energética ante la amenaza del NES/GSP de quemar combustible fósil?

¿Puede una casta política, moralmente desahuciada, sentar las bases de un nuevo modelo energético sostenible, renovable, competitivo y respetuoso con el medio ambiente, que garantice el acceso de energía a todos los peruanos y no los ingresos garantizados a algunos grupos económicos?

¿Puede una casta política engreída, frívola y sin sensibilidad social, merecedora de ser despreciada por ser incapaz de superar su mediocridad intelectual, dar lecciones de soberanía energética, prospectiva y visión a largo plazo a las futuras generaciones?

El Sistema Energético Peruano en Estado de Emergencia

El sistema energético peruano presenta una elevada dependencia de recursos fósiles. La producción de crudo nacional se ha reducido sostenidamente en los últimos 37 años por el agotamiento de los pozos existentes en explotación y el desinterés de las empresas privadas en invertir en pozos de exploración. Además, en el año 2017, la interrupción del funcionamiento del Oleoducto Nor Peruano, debido a derrames en su recorrido, ha creado un ambiente de tensión social en los zonas adyacentes a los yacimientos petrolíferos de la selva y ha afectado significativamente a la recuperación de la producción de crudo nacional. A finales de noviembre el promedio diario de producción de crudo nacional superó los 43 mil barriles, según información disponible en el portal de PeruPetro.

Por otro lado, el consumo de derivados de petróleo en el país se ha incrementado en el primer cuatrimestre del año 2017, según informa OSINERGMIN en su “Reporte Semestral de Monitoreo del Mercado de Hidrocarburos, Primer Semestre del 2017”, publicado en julio del presente año. Así, entre enero y abril, la demanda de combustibles líquidos alcanzó los 213 mil barriles diarios siendo la oferta nacional de derivados igual a 201 mil barriles diarios, frente a los 210 mil barriles del año 2016. En ese mismo periodo del año 2017, la demanda promedio diaria de petróleo crudo en las refinerías nacionales fue de 175 mil barriles, 135 mil de los cuales corresponde a petróleo importado, un 77% del total. Casi 4 de cada cinco barriles de crudo que se refinan en el Perú es importado. Por tanto, las principales actividades económicas del país son propensas a un severo impacto ante un imprevisto incremento de los precios internacionales del petróleo.

Las señales del mercado internacional de petróleo indican que se inicia un nuevo periodo de incremento de precios. En el mes de diciembre el precio del petróleo, tanto Brent como WTI, alcanzaron su valor más elevado en los últimos dos años, 64,86 y 58,28 dólares por barril, respectivamente. En el corto plazo, ante la seria posibilidad de entrada en funcionamiento del Nodo Energético del Sur, NES, para satisfacer el incremento de la demanda eléctrica entre los años 2020 y 2028, se trasladaría al sistema eléctrico la volatilidad de los precio del petróleo. Con precios relativamente reducidos de generación eléctrica diesel a 165 $/MWh, el coste de satisfacer la demanda eléctrica con derivados de petróleo en el NES superaría los 11 mil millones de dólares.

En un escenario de debilidad política del casi vacado Presidente frente a otras agrupaciones políticas aumenta la posibilidad de que se promocionen y adopten medidas contrarias a las verdaderas necesidades que afronta el sistema energético peruano. En una frase, un poder ejecutivo debilitado y expuesto a las presiones y caprichos de una mayoría parlamentaria hostil no abordará, con seriedad, ecuanimidad y prospectiva a largo plazo, el proceso de despetrolización y desmetanización del sector energético peruano.

En esa perspectiva, los intereses de algunos grupos económicos en monetizar el escaso gas natural que dispone el país implicaría inexorablemente la construcción del Gasoducto Sur Peruano, GSP, en su concepción actual. A los más de 11 mil millones de dólares por el funcionamiento del NES habría que sumarle otros 7 mil millones de dólares adicionales, en total, la economía peruana deberá asumir un coste de más de 18 mil millones de dólares. Así, la incapacidad del Estado peruano de analizar y elaborar un plan de transformación del modelo energético peruano hace peligrar la estabilidad económica del país. Las empresas dueñas del NES serían las únicas beneficiadas de la construcción de un ducto de gas natural y el Estado peruano garantizaría el suministro de un gas natural relativamente barato a cargo del erario público, desperdiciando un recurso fósil escaso en la producción de electricidad. Un absurdo económico y energético que pagarán las futuras generaciones. Un Presidente asustado y arrinconado por la coyuntura de sus olvidos y silencios será presa fácil de los grupos económicos y las mayorías parlamentarias, interesadas en imponer sus agendas propias sin percibir la amenaza energética del NES que se cierne sobre sus conciudadanos.

Quinta Subasta RER y Nodo Energético Renovable, NER

Las cuatro primeras RER subastas han demostrado la competitividad económica de las tecnologías renovables en el Perú. Los precios promedios de las tecnologías RER han pasado de 80,46 $/MWh, en el año 2010, a 43,08 $/MWh en el año 2016. Las subastas renovables realizadas en países de la región, como Chile, México y Argentina, han ratificado la imparable reducción de los precios ofertados por los sistema renovables subasta a subasta. En Chile, a inicios de noviembre del año 2017, se adjudicaron 2200 GWh a sistemas renovables, equivalentes a 600 MW de potencia a instalar, a un precio promedio de 32,5 $/MWh. En México, a mediados de noviembre, se anunciaron los resultados preliminares de la 3ra subasta de energía. Se anunció un precio promedio de energía para las tecnologías renovables de 20,57 $/MWh para una potencia a instalar de 2560 MW y equivalente aproximadamente a 5500 GWh.

En un entorno de amenaza real de entrada en funcionamiento del NES sin GSP, por tanto, de producción de generación eléctrica a partir de derivados de petróleo, es de especial interés para el proceso de transformación energética proceder a delinear los criterios básicos de la próxima quinta subasta RER.

  • Declarar el estado de emergencia del sistema eléctrico peruano ante la amenaza real de entrada en funcionamiento del NES sin GSP y el negativo impacto en la economía del país.

  • Dejar sin efecto la limitación máxima del 5% de energía inyectada al SEIN procedente de tecnologías renovables.

  • Establecer, en la quinta subasta RER, un cupo mínimo de energía a subastar. La quinta subasta RER deberá asignar un cupo equivalente a la energía a inyectar por el NES. Considerando una potencia instalada del NES igual a 2000 MW diesel y 8000 horas anuales equivalentes de funcionamiento, el volumen mínimo de energía a subastar debería ser igual a 16000 GWh. Adicionalmente, se podría establecer una asignación de hasta 500 MW de potencia a instalar para las centrales hidroeléctricas inferiores a 20 MW.

  • Asignar 8000 GWh para tecnologías renovables gestionables – geotérmica, solar termoeléctrica y biomasa – y 8000 GWh para tecnologías renovables no gestionables – eólica y solar fotovoltaica.

  • En la quinta subasta RER, se deberá priorizar la localización de las instalaciones RER en la zona sur del Perú, concretamente en los departamentos de Ica, Arequipa, Moquegua, Tacna y Puno. La concentración de tecnologías RER en el sur del Perú resolvería los problemas de congestión existentes en el SEIN de transmisión eléctrica del centro al sur.

  • Se deben establecer precios máximos de la energía a ofertar para las tecnologías renovables gestionables no superiores a 60 $/MWh y para las tecnologías renovables no gestionables no superiores a 30 $/MWh. Las tecnologías renovables gestionables podrían considerar contratos de hasta 25 años.

  • Permitir la presentación de ofertas conjuntas de tecnologías renovables gestionables y no gestionables, siempre que en promedio los precios máximos de la presentación de ofertas conjuntas de tecnologías RER no superen los 45 $/MWh.

  • Establecer precios máximos para las centrales hidroeléctricas, inferiores a 20 MW, no superiores a 45 $/MWh.

Conclusiones

La manifiesta debilidad política del Presidente peruano advierte sobre la posibilidad de presiones de grupos económicos y mayorías parlamentarias para acelerar la construcción de grandes infraestructuras y destrabar inversiones mineras y energéticas. En el sector energético, la paralización de la construcción del GSP ha configurado un nuevo escenario energético. El discurso de supuesta existencia de sobre potencia térmica en el sistema eléctrico nacional ha transmutado a un discurso de existencia de un Nodo Energético del Sur a diesel, NES. El Perú dispone de 2000 MW de centrales térmicas a diesel que ya han iniciado tímidamente a inyectar energía al SEIN. La generación de energía eléctrica en el NES implicará un recargo inadmisible a los facturas eléctricas de los usuarios. El incremento de las tarifas eléctricas domésticas, comerciales e industriales derivará en una reducción del consumo y pérdida de competitividad de la economía peruana. La reducción de la actividad económica implicará el despido masivo de trabajadores y la incapacidad de personas y empresas de honrar sus deudas a los bancos así como la disminución de los ingresos al Estado por impuestos. La estabilidad económica del modelo económico peruano será seriamente afectado por el capricho de algunos grupos económicos dueños de las centrales térmicas del NES.

La solución técnica más económica, competitiva, sostenible y respetuosa con el medio ambiente es la creación de un Nodo Energético Renovable, NER, en el sur del Perú en respuesta al NES. Los departamentos del sur del Perú disponen de excepcionales recursos geotérmicos, solares y en biomasa. La región de Ica tiene excepcionales recursos eólicos. La quinta subasta RER deberá asignar la potencial energía que podría suministrar el NES, aproximadamente, de 16000 GWh. Asimismo, se deberán incluir algunas modificaciones inaplazables debido a la actual coyuntura energética nacional e internacional entre las que destacan: eliminar el límite de 5% de máxima penetración renovable; priorizar la construcción de instalaciones RER en las regiones del sur del Perú; evaluar la posibilidad de tener contratos de venta de energía por 25 años para las centrales renovables gestionables como los sistemas geotérmicos, las centrales de biomasa y las centrales solares termoeléctricas; así como permitir la presentación de ofertas mixtas, que agrupen a tecnologías renovables gestionables y no gestionables.