LA IDEOLOGÍA ENTREGUISTA Y EL LOTE 192

El Estado peruano, a través de PerúPetro, entregó el Lote Petrolero 192 a la empresa Pacific Stratus Energy, subsidiaria de la transnacional canadiense Pacific Exploration & Production Corporation, que se encargará de la administración y explotación del mayor yacimiento de petróleo peruano. Sin una base jurídica clara y con un proceso enrarecido se ha entregado, durante dos años, la explotación temporal del Lote 192, en lugar de trasladar los activos al Estado peruano y garantizar una importante renta petrolera a PetroPerú. Un capítulo más en la larga historia de entreguismo del Estado peruano. Dos convocatorias fracasadas y una absoluta inexistencia de estrategia energética del gobierno devino en la flexibilización de las condiciones en el proceso de licitación del Lote 192, en absoluta contraposición con los intereses nacionales. El Perú ha entregado el lote petrolero más productivo del país, perdiendo una excepcional oportunidad para iniciar el largo e irreversible proceso de recuperación de sus recursos naturales.

El fortalecimiento de la ideología del entreguismo

El gobierno nacionalista ha establecido un doble juego en el sector petrolero. Por un lado promulga leyes que engañosamente coadyuvan el fortalecimiento de PetroPerú, pero en esa mismas leyes se introducen una serie de mecanismos que debilitan y entorpecen la configuración de una estructura vertical de funcionamiento de empresa petrolera estatal. En este sentido, la ley 30130 introduce dos candados que condenan a PetroPerú a ser una simple empresa de refino y, además, condicionan la construcción de la refinería de Talara a una privatización enmascarada de PetroPerú. Un mecanismo de chantaje político muy habitual en las élites neoliberales del Ministerio de Economía y Finanzas.

La única forma de abrir estos candados es anulando los artículos de la mencionada ley y permitir a PetroPerú participar en los lotes que hayan culminado sus contratos y que hayan sido indebida e ilegítimamente prorrogados. La declarada supuesta incapacidad de asumir la explotación del Lote 192 implica que el Estado no confía en su principal empresa petrolera y asume la responsabilidad de no haber creado las condiciones necesarias, en 4 años de gobierno, para que PetroPerú pueda reiniciar la explotación de los lotes petroleros en vísperas de la finalización de los contratos de concesión. Una falta de previsión y planificación lesiva para los intereses del Perú, pero que indudablemente responde a un descarado proceso de fortalecimiento de la ideología entreguista de los recursos naturales de todos los peruanos por un Estado cautivo y servil a los intereses de las élites de poder económico nacionales y foráneas.

Durante 4 años de gobierno nacionalista no se han establecido los mecanismos necesarios para la participación de PetroPerú en la explotación de yacimientos petroleros. Se prefirió iniciar un proceso de adjudicación de los Lotes III y IV, apartando a PetroPerú de la captación de una importante renta petrolera, que permitiría abordar la deuda por la reconstrucción de la refinería de Talara. El gobierno nacionalista ha demostrado su incapacidad de reestructurar el sector petrolero, perdiendo una gran oportunidad de fortalecer a la empresa petrolera nacional. En el futuro, una de las prioridades en la estrategia petrolera nacional será recuperar los lotes que finalicen sus contratos de concesión y revertir aquellos contratos con serias dudas de legitimidad. Por tanto, será necesario iniciar un proceso de auditoría legal de los contratos adjudicado que determine la existencia de irregularidades en el proceso de adjudicación y se depuren responsabilidades de las autoridades que han participado en verdadera e injustificable estafa al país.

La renta petrolera del Lote 192

El Lote 192 es el yacimiento petrolero más importante, en proceso de declive, pero con una producción actual de 10 mil barriles diarios, figura 1, considerando un precio referencial de 40 dólares/barril, los ingresos anuales serían de 146 millones de dólares. Según el economista Jorge Manco Zaconetti, la producción del Lote 192 podría ser incrementada hasta 20 mil barriles diarios, con la adecuada inversión. Además, indica que en el año 2004, con un precio referencial de 41,44 dólares/barril, la utilidad neta obtenida por la empresa Plus Petrol Norte fue superior a 70 millones de dólares. En el peor escenario, la explotación del Lote 192 es muy rentable y su entrega a manos extranjeras es lesivo para los intereses del Perú.

Pantallazo-89

Figura 1: Evolución de la producción del Lote 192. La República.

Asimismo, es importante destacar que, actualmente, en un escenario de bajos precios internacionales, 40 dólares/barril, las reservas desarrolladas se valoran en 2800 millones de dólares, figura 1. La volatilidad de los precios del petróleo permite asegurar que, en los próximos años, el precio promedio será significativamente superior, por lo que la renta petrolera podrá ser significativamente superior. Si se mantuviese la producción alrededor de los 10 mil barriles diarios, PetroPerú podría explotar las reservas desarrolladas durante al menos 19 años. La adecuada inversión permitiría explotar las reservas no desarrolladas y reservas probables. Un incremento de la producción a 15 mil barriles diarios permitiría a PetroPerú disponer de la explotación de un yacimiento petrolero propio al menos durante unos 24 años.

La importancia de la explotación del Lote 192 es indiscutible. La empresa nacional dispondrá de un yacimiento petrolero que permitirá su fortalecimiento técnico y económico en los próximos años y, además, le permitirá disponer de la capacidad económica necesaria para abordar la recuperación medioambiental de los territorios explotados, que se presupone no será asumida por ninguna empresa privada nacional ni extranjera, y que implica un coste entre 70 y 90 millones de dólares, según PerúPetro.

Las falacias de un Estado sin estrategia petrolera

Las justificaciones del Estado peruano, a su política de entreguismo, se centran en la incapacidad de PetroPerú de abordar técnica y económicamente la explotación del Lote 192. La estrategia es transformar absolutas falacias en verdades indiscutibles. El desconocimiento de las autoridades del funcionamiento del sector es tan flagrante como sus abiertos deseos de entregar los recursos nacionales a empresas privadas. El Estado se dedica a demostrar la incapacidad de sus propios organismos, aceptando su propia incapacidad en transformar a PetroPerú en una empresa estatal seria, moderna y capaz de abordar proyectos estratégicos para el país y la transformación del modelo energético actual.

Los activos del Lote 192 se valoran en 345 millones de dólares, que revierten automáticamente al Estado al finalizar la concesión. Ese monto deberá ser pagado por cualquier empresa petrolera que pretenda adjudicarse la explotación del Lote 192. Evidentemente, PetroPerú es dueño de esos activos, por lo que no tendría que hacer ese gasto. En el contrato por servicios, adjudicado a la empresa canadiense Pacific Stratus Energy se estipula el pago de los activos durante 20 años, en lugar de los tres años, establecidos en la primera convocatoria y declarada desierta.

Por otro lado, las autoridades del sector, en su desesperación por garantizar las ganancias de las transnacionales, han reducido las regalías desde un 30% a un 20% para el petróleo pesado y a un 15% para el petróleo ligero. Es decir, se les reduce regalías en un negocio garantizado – el Lote 192 cuenta con reservas probadas desarrolladas y por desarrollar –, con la excusa que el escenario actual no garantiza las ganancias adecuadas. Otra falacia que se pretende elevar al rango de verdad absoluta. En el futuro, un incremento de los precios del petróleo implicaría perdidas millonarias para el Estado peruano, pero garantizaría pingües ganancias para las empresas extranjeras. En un escenario de alta variabilidad de los precios – destrucción de la producción y la demanda – se espera que los precios se incrementen en los próximos meses. La ciudad de Talara y los ciudadanos peruanos de Loreto no disponen de los servicios mínimos, pero el Estado se preocupa por la entrega de los recursos naturales de la manera más obscena, ilegitima y corrupta.

Finalmente, PetroPerú, como muchas empresas del sector petrolero, puede subcontratar a empresas especializadas a que se encarguen de la explotación del Lote 192, sin necesidad de entregar la titularidad del yacimiento y sin tener que compartir la renta petrolera. Es importante recordar que el Lote 192 lleva más 40 años de explotación, por lo que no es necesario realizar exploraciones en esta primera fase. Además, la empresa Plus Petrol Norte lleva varios años sin invertir en exploración, conocedora de las pocas probabilidades de continuar con la explotación del Lote 192, según afirmaciones del especialista petrolero Jorge Manco Zaconetti.

En la fase de desarrollo de las reservas no desarrolladas y probables del Lote 192, evidentemente, será necesario realizar inversiones. Las inversiones, no obstante, se podrán realizar con la renta petrolera obtenida y con la devolución del 18% del Impuesto General a las Ventas, IGV, siempre que el Ministerio de Economía y Finanzas reconozca a PetroPerú el pago de ese impuesto por las ventas en la Amazonía. Se estima que la cifra acumulada por la no transferencia del IGV a PetroPerú entre el año 2001 y 2015 supera los 2 mil 400 millones de soles. PetroPerú asume el coste de transporte, comercialización y distribución de los productos derivados de petróleo en la Amazonía peruana y, debido a esa circunstancia se descapitaliza y obtiene utilidades negativas.

Las altas autoridades del Estado peruano, cautivo por una jauría depredadora de los recursos naturales, pretende enmascarar su ideología entreguista con falacias técnicas y económicas. En realidad, no existe interés en fortalecer a PetroPerú, sólo las presiones de las grandes movilizaciones de los habitantes de las regiones, afectadas por el entreguismo estatal, obligan al Estado a redactar leyes y aceptar compromisos mínimos, aunque siempre introduce mecanismos de chantaje y bombas de tiempo que ralentice el crecimiento y fortalecimiento de PetroPerú. En una estrategia a largo plazo, resulta imperativo recuperar los lotes petroleros y que el Estado, a través de PetroPerú, dicte las reglas del sector petrolero. PetroPerú deberá transformarse organismo rector de la transformación de un modelo energético actual insostenible, contaminante y dependiente de un recurso que se agota y encadena a la economía del Perú a la volatilidad de los precios del petróleo y a situaciones sociales muy compleja.

Conclusiones

En una estrategia energética a largo plazo, resulta imperativo recuperar los lotes petroleros con una importante renta petrolera y que el Estado, a través de PetroPerú, sea el Organismo Rector del sector petrolero nacional y cree las condiciones necesarias para la transformación de un modelo energético insostenible, contaminante y dependiente de un recurso que se agota y encadena al Perú a situaciones muy complejas para la estabilidad económica del país. La recuperación de los lotes de petróleo es sólo una arista de la problemática de dependencia del llamado oro negro. El Perú deberá elaborar una estrategia que le permita desengancharse en tiempo record de la droga del petróleo. La renta petrolera, además de fortalecer a la empresa estatal PetroPerú, deberá servir para crear las bases de un nuevo modelo de suministro de combustibles ante el inminente agotamiento de un recurso escaso y cada vez más difícil de encontrar en el país. La entrada de PetroPerú en l explotación del Lote 192 permitirá abordar con seguridad la recuperación medioambiental de amplios territorios de la selva peruana. El Lote 192 es un primer paso del largo proceso de soberanía energética y de los recursos naturales en manos de empresas privadas. La recuperación de los yacimientos petroleros dederá acompañarse por un acelerado proceso de despetrolización del sector transporte, tanto de personas como de mercancías en las ciudadades y entre ciudades y, en general de una drástica reducción del consumo de derivados de petróleo en el país.